Introducción:
Con la pandemia del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida) las formas clínicas de tuberculosis diseminada se han incrementado dando lugar a cuadros, incluso, con abscesos múltiples.
Caso 1
Paciente masculino de 41 años, HIV + sin tratamiento antirretroviral (TARV). Consultó por síndrome de impregnación y tos seca de 5 meses de evolución y dolor en fosa ilíaca derecha (FID)de inicio reciente. Adenomegalias inguinales derechas. LT CD4 81cel/ul (7%) Radiografía (Rx)de tórax: infiltrado miliar. Esputo BAAR +. Cultivo M tuberculosis. Ecografía abdominal: Hepatomegalia, adenomegalias en ligamento hepatoduodenal y precavas. Colección en psoas derecho de 87 x 27 mm, otra en contacto con la 1° de 93 x 26 mm y una 3° en FID de 67 mm. Tomografía computada (TC) de columna: s/p. Inició tratamiento con isoniacida (H), rifampicina (R), pirazinamida (Z) y etambutol (E). Se difirió el drenaje por razones ajenas a la práctica médica. Inició TARV. Disminución progresiva del tamaño de los abscesos. Ecografía a 8 meses de tratamiento no se observaron colecciones.
Caso 2
Paciente masculino de 42 años, HIV + sin TARV. Presentó síndrome de impregnación y fiebre de 2 meses de evolución. LT CD4: 215 cel/ul (8%). Exámen físico: adenomegalia axilar derecha. RX de tórax: s/p. Ecografía abdominal: hepatoesplenomegalia, múltiples adenomegalias retroperitoneales, abscesos en ángulo aórtico mesentérico de 50 x 20 mm y en psoas derecho de 110 x 30 mm. Punción aspiración del ganglio axilar: BAAR +. Inició tratamiento con HRZE. TC columna: s/p. Drenaje parcial del absceso del psoas guiado x TC. Material BAAR +, Cultivo: M. tuberculosis. Ecografía control a la semana: regeneración total del volumen de la colección. Continuó tratamiento antifímico e inició TARV. Se difirió el drenaje quirúrgico. A los 6 meses de tratamiento se observa sólo una colección de 1,6 cm3 en vaina de psoas y pequeñas adenomegalias mesentéricas. Clínicamente asintomático.
Comentarios:
Los abscesos tuberculosos abdominales son habitualmente secundarios a la abscedación de conglomerados ganglionares y menos frecuentemente a diseminación local desde otros órganos digestivos, urológicos o genitales. En el caso del psoas suelen originarse a partir de una espondilodiscitis. El compromiso hepático, del bazo e incluso en algunos casos la afección del músculo psoas suelen ser por diseminación hematógena.
El tratamiento de los abscesos tuberculosos, especialmente en colecciones de gran tamaño, es el drenaje percutáneo o quirúrgico asociado al tratamiento farmacológico. El drenaje permite también la identificación del agente etiológico. Sin embargo, en algunas situaciones, el abordaje quirúrgico puede resultar complicado. En estos casos puede iniciarse el tratamiento farmacológico y adoptar una conducta no invasiva mientras el paciente esté clínicamente estable y con remisión paulatina de las colecciones.
Conclusión:
A partir de nuestra experiencia consideramos que, en pacientes con abscesos tuberculosos abdominales de pequeño o mediano tamaño, en situaciones en que el drenaje sea dificultoso, puede intentarse un tratamiento no invasivo con control estricto clínico y por imágenes.