Introducción:
La sífilis es una patología en aumento en los últimos años. La neurosíflis se presenta con mayor frecuencia en pacientes HIV positivos y esta coinfección presenta características especiales.
Se presenta paciente joven con cuadro inicial de ACV isquémico por trombosis de la arteria basilar con diagnóstico concomitante de sífilis y HIV.
Caso clínico:
Paciente masculino de 33 años con antecedentes de coartación de la aorta con tratamiento quirúrgico a los 9 años, tabaquista. Consulta por inestabilidad en la marcha de una semana de evolución agregando disartria y disfagia las últimas 24hs. Examen físico: lúcido, afebril, sin déficit motor ni sensitivo, ataxia de 4 miembros, reflejo nauseoso abolido y disartria severa. Se realizó RM y angio RM: imágenes restrictivas en difusión a nivel del tronco a predominio protuberancial, pedúnculo cerebeloso y occipital, ausencia de flujo en arteria basilar desde su inicio. Laboratorio: HIV: reactivo WB: positivo, VDRL:16 dils. Por sospecha de neurosífilis meningovascular se realizó punción lumbar con presión de apertura de 15 cm H2O. LCR: cristal de roca, sin células, glucorraquia: 42mg/dl (glucemia: 97mg/dl), proteinorraquia: 0,71mg/dl, Cl 121 mEq/l, VDRL: 4 dils.
Carga viral HIV: 36354 copias/ml 4.56 log, CD4: 244 cel/ul 23%.
Realizó tratamiento con penicilina G durante 14 días. Inició tenofovir, emtricitabina, raltegravir.
Evolucionó con restitución ad integrum a los 2 meses de iniciado el cuadro.
Control a los 6 meses: VDRL en suero: no reactivo, CD4: 543 cel/ul 24%, carga viral HIV: indetectable.
Discusión:
En nuestro país se duplicó la tasa de incidencia de sífilis en los últimos 5 años, siendo el grupo etario entre 15 a 24 años el más afectado, alcanzando una tasa de 35.2 casos por 100.000 habitantes en el año 2017.
Entre el 4 al 10% de los pacientes no tratados desarrollan neurosífilis que puede presentarse en cualquier etapa de la enfermedad, siendo más frecuente en pacientes HIV positivos. La forma meningovascular es responsable del 24 al 53 % de todos los casos de neurosífilis.
Las formas clínicas de la neurosífilis pueden ser: asintomáticas, meningitis aguda, compromiso meningovascular, gomas, paresias o tabes dorsal. El diagnóstico de neurosíflis basado en el estudio de LCR es a menudo dificultoso y más aún en presencia de coinfección. La detección de VDRL en el LCR es la prueba confirmatoria con alta especificidad, pero con una sensibilidad reportada entre el 40 al 91%. La presunción diagnóstica debe permanecer ante VDRL no reactiva en LCR con pleocitosis o aumento de proteinorraquia en ausencia de otro hallazgo.
Conclusión:
El diagnóstico de neurosífilis representa un desafío mayor en presencia de coinfección con HIV. A propósito de nuestro caso, en el contexto epidemiológico actual, destacamos la importancia de la
solicitud inicial de serología para HIV y sífilis, en paciente joven con ACV isquémico. Esto favorece un diagnóstico oportuno y tratamiento adecuado, de esta patología disminuyendo la morbimortalidad.