El aneurisma micótico es una alteración estructural que ocurre por el crecimiento de microorganismos en el interior de su pared. Su ubicación puede ser un sitio previamente saludable, en aneurismas ya existentes o después de contacto directo (trauma, cirugía).Su manejo consiste en antibioticoterapia y corrección quirúrgica temprana, por el riesgo de complicaciones de gran mortalidad. La ocurrencia de esta enfermedad en el período postrasplante hepático es rara, y tiene presentación clínica variada, tales como colestasis, hemorragia digestiva alta, dolor abdominal inespecífica o incluso su rotura con inestabilidad hemodinámica. Por sus síntomas inespecíficos, el diagnóstico tardío después de la complicación es común. El conocimiento de la enfermedad y la sospecha temprana afectan directamente el pronóstico.
Varón, 46 años, portador de cirrosis alcohólica, descompensada en ascitis refractaria, sometido a trasplante hepático. El donante cadavérico tenia 45 años y su causa de muerte encefálica fue causada por accidente cerebrovascular hemorrágico. Utilizaba antibioticoterapia por episodios de fiebre con cultivos negativos.
Utilizada inmunosupresión estándar con metilprednisolona en pulsoterapia en el período intraoperatorio, con lenta disminución. Cuando estable, introducido tacrolimo y micofenolato sódico. En el 8° día postrasplante presentó fiebre y ascenso de la proteína C reactiva y leucocitos, cuando optado por empezar antibioticoterapia empírico de largo espectro (vancomicina y meropenem). Cultivos de esta fecha negativos. En el 13° día refirió dolor abdominal leve. La tomografía computarizada sin contraste identificó dilatación discreta de los conductos biliares y la ecografía del día antes no identificó colecciones perihepáticas o alteración vascular.
El 14° día presentó inestabilidad hemodinámica y aumento del volumen abdominal, cuando fue considerada la sospecha de choque hemorrágico y llevado a laparotomía exploratoria de urgencia, donde fue identificado rotura de la anastomosis de la arteria hepática. Pero, por la grave inestabilidad, falleció inmediatamente al fin de la intervención quirúrgica. Resultado de pruebas posteriores confirmaron el hallazgo de Candida albicans en la pared arterial, bien como en cultivos de sangre.
Datos de la literatura demuestran raros casos de aneurisma micótico postrasplante con incidencia de cerca de 1% cuando el injerto es hepático. Dicha complicación es rara con alta mortalidad, alcanzando hasta un 69% de los casos, especialmente por su imprevisibilidad. Factores de riesgo posiblemente asociados son: anastomosis hepatojejunal en Y de Roux, colangitis esclerosante primaria y fistula biliar. La etiología fúngica del aneurisma micótico es aun más rara, ocurriendo lo mismo en ausencia de factores de riesgo para candidemia y con cultivos de sangre negativos. El tratamiento del aneurisma micótico consiste en cirugía y antibióticos por largo período (4 a 6 semanas), destacando el peor pronóstico en aquellos con necesidad quirúrgica después de la ruptura.
Como herramienta auxiliar en el diagnostico del aneurisma micótico de la arteria hepática postransplante, complicación rara y con presentación indistinta, es fundamental el conocimiento de la enfermedad, alta sospecha y tratamiento precoz.
Palabra-llave:
Infeccion fúngica, trasplante, aneurisma micótico.