Introducción:
Los programas de optimización de uso de antimicrobianos (PROA) constituyen una prioridad en la lucha contra la resistencia antimicrobiana. Su desarrollo a nivel Institucional facilita la implementación de intervenciones dirigidas para lograr un uso apropiado de estas drogas en cuanto a sus indicaciones profilácticas (médicas y quirúrgicas) como terapéuticas (empíricas y definidas), dosificación y vía de administración y duración del tratamiento.
Objetivo:
Evaluar el impacto de la implementación de un PROA
Materiales y métodos:
Estudio retrospectivo, junio 2017 a diciembre 2018, realizado en un Hospital General de Agudos de alta complejidad cito en la Pcia de Buenos Aires que cuenta con 210 camas (áreas críticas 63 y trasplante médula ósea 10).
El programa se conformó con líderes de los diferentes sectores coordinado por farmacéutica clínica e infectólogo. Como estrategias de mejora se realizó actualización de guías de práctica clínica (GPC) y se incorporaron nuevas como la de profilaxis quirúrgica y la incorporación de nuevos síndromes, incorporación de farmacéutico al servicio de control de infecciones, pase integrado con el área de pediatría y se continuó con el trabajo conjunto con el Servicio de Infectología (adultos y pediátrico). Diariamente se revisan todas las indicaciones de antimicrobianos y se interviene en aquellas que no cumplen con la normativa.
Para cuantificar el impacto del PROA se realizó corte prevalencia trimestral global, apropiabilidad, consumo semestral y tasa de infección y colonización por microorganismos multirresistentes (MOR) adquiridos en la Institución.
Resultados:
Durante el período de estudio, el promedio de pacientes internados con antimicrobianos (ATM) fue 44%.
Los cortes de prevalencia realizados (oct 2017, junio 2018, oct 2018) muestran un incremento de la indicación de profilaxis quirúrgica de 3 a 8% adhiriendo a la recomendación de las GPC. El tratamiento definido se incrementó en un 45% y el empírico disminuyo en un 44%.
Las indicaciones fueron apropiadas en el 99,94% de las DDD cada 1000 días/paciente. La inapropiabilidad se debió a la prescripción de ATM sin criterio 36%, uso de quinolonas y AMS en UTI y clínica médica en mayor proporción.
Los consumos globales en diferentes semestres fueron 600, 425 y 471 DDD (descenso del 21.5%). El consumo de carbapenem disminuyo de 2052 a 1418 DDD (30%), cefalosporinas 3°-4° de 2164 a 1703 DDD (22%) y colistin 1538 a 894 DDD (42%).
En cuanto a la multirresistencia, tanto la tasa de pacientes colonizados con MOR como la tasa de infecciones por MOR disminuyeron 38% y 50% por cada 1000 días, respectivamente.
Conclusión:
La implementación de un PROA basado en estrategias de mejora continua, contemplando de manera global los distintos aspectos del uso apropiado de los ATM, logra la caída del uso de ATB de amplio espectro y la disminución de la incidencia de MOR.
Por otro lado, para evaluar resultados es necesario complementar el análisis puntual trimestral con la evaluación semestral del consumo del uso de ATM a lo largo del tiempo.