Introducción:
El botulismo alimentario es una intoxicación neuroparalítica de elevada letalidad producida por la ingestión de alimentos contaminados con las neurotoxinas A-F de Clostridium botulinum. Su pronóstico depende la precocidad diagnóstica, tratamiento de sostén y administración rápida de antitoxina botulínica, la cual reduce la letalidad a <10%. La identificación rápida del vehículo es de vital importancia para evitar casos secundarios y planificar intervenciones. En Argentina se registran alrededor de 25 a 30 casos por año.
Descripción del caso/casos:
Paciente mujer de 57 años sin antecedentes patológicos que consultó por visión borrosa y mareos de 48 horas de evolución. Se encontraba lúcida, con diplopía, ptosis palpebral bilateral leve y disfagia con deglución conservada. El laboratorio y la tomografía computada de encéfalo y tórax no evidenciaron hallazgos patológicos. Al interrogatorio dirigido, refirió que su hermana se encontraba en Terapia Intensiva de otra institución, bajo ventilación asistida. Su consulta había sido por vómitos y disnea 6 días antes. La sintomatología de ambas comenzó de forma secuencial, y posterior a la ingesta de un enlatado, único nexo entre ambas pacientes. Ante la elevada sospecha clínica de botulismo alimentario se tomaron muestras a fin de realizar la confirmación diagnóstica, derivadas al Centro Nacional de Referencia, y se administró antitoxina botulínica. El lavado rectal fue positivo para Toxina Botulínica A. La evolución fue favorablemente con remisión total de los síntomas al cabo de dos semanas.
Discusión:
El Clostridium botulinum es un bacilo Gram positivo formador de neurotoxina, que bloquea la liberación de acetilcolina a nivel presináptico mioneural. Provoca parálisis muscular aguda de tipo fláccida, simétrica y descendente, que en casos graves puede estar seguida de muerte por insuficiencia ventilatoria. La mejoría del cuadro clínico se produce al formarse una nueva placa mioneural, por rebrote del nervio motor afectado, proceso que puede tardar entre 2 semanas y 9 meses. La recuperación puede ser ad-integrum en un lapso de hasta 2 años. Presentamos este caso dado a que se trata de una patología de baja frecuencia en la cual la sospecha diagnóstica y el oportuno tratamiento son decisivos para una mejor evolución.