Introducción:
La endocarditis infecciosa (EI) es una enfermedad de baja incidencia pero grave con una tasa de mortalidad significativamente alta de hasta un 22% llegando a un 45% a los 5 años. La incidencia de la enfermedad ha aumentado con el tiempo, junto con el desarrollo de técnicas de diagnóstico y cambios en los criterios clínicos y microbiológicos.
Objetivos:
Analizar las características demográficas, clínicas, microbiológicas, abordaje terapéutico y evolución hospitalaria de pacientes con EI.
Materiales y Métodos:
Estudio descriptivo, retrospectivo que incluyó pacientes >18 años con EI posibles o definidas según los últimos criterios de Duke 2023 desde enero 2019 a mayo del 2023. Fueron excluidos aquellos pacientes con diagnóstico alternativo confirmado o de alta probabilidad y aquellos pacientes a los que no se les instituyó tratamiento específico durante su hospitalización inicial. Los datos se obtuvieron de las historias clínicas y los registros de bacteriología manteniendo la confidencialidad. Las variables continuas se expresaron como media. Las variables categóricas se expresaron como número y porcentaje y se compararon con test de Chi cuadrado y p de Fisher (p<0.05).
Resultados:
Se analizaron 76 pacientes con sospecha de EI, 62 cumplieron con los criterios de inclusión. La mediana de edad fue de 66 años . El 73% (45) fueron hombres y 34% (21) tenían valvulopatías predisponentes, un 13% (8) tenían un dispositivo intracardiaco y 42% (26) otras enfermedades cardiovasculares. La principal válvula afectada fue la aórtica 52% (32) seguida de la mitral en un 32% (20). El 85,5% (53) fueron EI de válvula nativa y el 79% (49) presentaron hemocultivos positivos. El microorganismo más frecuente fue S. aureus 51% (25). Los eventos se clasificaron según los últimos criterios de Duke – 2023: 79% (49) EI definitivas, 21% (13) como posibles. El 63% (39) de los pacientes requirieron cirugía. Aquellos que completaron tratamiento antibiótico, la duración media fue 41 días, en el 26% se rotó a la vía oral al día 18 promedio, sin impacto negativo en la mortalidad (p: 0.006). La mortalidad a los 30 días fue 42% (15% a las 48 hs) y extendiendo el seguimiento hasta 6 meses la misma alcanzó el 53%.
Discusión / Conclusiones:
A pesar de los avances en las técnicas diagnósticas y estrategias terapéuticas, la mortalidad sigue siendo elevada en nuestro estudio. Los pacientes que pudieron realizar parcialmente tratamiento vía oral no tuvieron mayor mortalidad, lo cual coincide con las nuevas tendencias de manejo de EI.