Introducción:
La infección gonocócica es la segunda infección de transmisión sexual bacteriana más prevalente. En mujeres hasta un 50% de las infecciones por N. gonorrhoeae pueden ser asintomáticas. La diseminación hematógena puede aparecer hasta en un 3% de los casos. Puede cursar con fiebre, artralgias, artritis y lesiones cutáneas por embolismos sépticos (síndrome artritis-dermatitis). Dichas lesiones aparecen precozmente, son indoloras y se manifiestan en extremidades en forma de máculas que evolucionan a pápulas eritematosas, vesículas de base purpúrica, pústulas necróticas rodeadas de eritema o petequias.
Descripción del Caso/Casos:
Paciente femenina de 14 años concurre al Servicio de Urgencias por dolor, edema y eritema en pie y tobillo izquierdo de cinco días de evolución. Niega traumatismo, picadura u otra lesión. Al examen físico, subfebril (37.5°), con edema, dolor a la palpación, eritema de bordes indefinidos y aumento de la temperatura local. Radiografía sin particularidades. Ecografía: aumento de espesor y ecogenicidad en plano subcutáneo con colecciones laminares múltiples a predominio de segmento externo. No se visualiza colección intraarticular. Laboratorio: leucocitos 13200/mm3 (72% neutrófilos), ERS 40 mm, PCR 172 mg/dl. Hemocultivo: negativo. Inicia tratamiento antibiótico con clindamicina endovenosa. Por escasa mejoría se realiza toilette y drenaje. Se toman muestras para cultivo (biopsia superficial de piel y de fascia profunda). El cultivo superficial no tiene rescate microbiológico pero en el de fascia desarrolla flora única de N. gonorrhoeae, resistente a ciprofloxacina y sensible a ceftriaxona, cefixima, azitromicina. Se rota tratamiento a ceftriaxona/azitromicina. En la reanamnesis se confirma que la paciente es sexualmente activa y cuenta con método anticonceptivo. Se refuerzan métodos de prevención de ITS. Alta en buenas condiciones clínicas.
Discusión:
Se expuso un caso de celulitis abscedada por N. gonorrhoeae como un evento infrecuente de infección gonocócica diseminada. La posibilidad de haber diagnosticado una ITS a través del cultivo de lesión (sin haber partido de una muestra genital) permitió un abordaje inmediato de la paciente para descartar otras ITS. Es importante destacar que el tratamiento antibiótico difiere de la terapia empírica para otros microorganismos causantes de infección de piel y partes blandas, por lo tanto el hallazgo microbiológico fue fundamental para poder instaurar un tratamiento eficaz y oportuno.