Introducción:
La cistitis enfisematosa (CE) es una entidad infrecuente caracterizada por la presencia de gas en la luz y paredes de la vejiga. Su diagnóstico y tratamiento precoz resultan fundamentales ya que puede evolucionar a cuadros sépticos graves.
Descripción del caso/casos:
Mujer de 70 años con antecedentes de diabetes tipo II, quiste hepático simple e infecciones urinarias a repetición. Consultó por dolor abdominal progresivo a predominio de hipocondrio derecho de 2 meses de evolución, sin registros febriles ni síntomas urinarios, iniciando tratamiento sintomático. Evolucionó con somnolencia y puñopercusión lumbar positiva, asociada a leucocitosis, acidosis metabólica e insuficiencia renal aguda. Se realizó tomografía de abdomen y pelvis en la que se visualizó presencia de gas en interior y pared de vejiga y quiste hepático. El sedimento urinario mostró presencia de piocitos y leucocituria, y en urocultivo desarrolló Escherichia coli (E.coli) y Klebsiella pneumoniae (KPN) productoras de BLEE. Se colocó sonda vesical e inició tratamiento empírico con piperacilina-tazobactam, ajustándose a meropenem según antibiograma. Requirió manejo en unidad cerrada, sin inotrópicos ni ARM. Evolucionó favorablemente, cumpliendo antibioticoterapia durante 10 días.
Discusión:
La CE se presenta en forma inespecífica e insidiosa pudiendo incluso ser un hallazgo imagenológico. Las manifestaciones incluyen dolor abdominal, síntomas urinarios bajos hasta pielonefritis y shock séptico sin foco aparente, alcanzando una mortalidad de hasta 14%. Los factores de riesgo incluyen sexo femenino, diabetes con mal control metabólico, inmunocompromiso e infecciones urinarias recurrentes. Los microorganismos frecuentemente asociados son E. coli y KPN, seguidos de Proteus mirabilis, Pseudomonas aeruginosa y Enterobacter aerogenes. La presencia de gas se debe a la fermentación de glucosa y lactato con producción de dióxido de carbono. El diagnóstico se basa en la visualización del mismo en luz y paredes de la vejiga a través de radiografía o tomografía de abdomen. El tratamiento consiste en antibioticoterapia dirigida y cateterización vesical. La nefrectomía se considera ante progresión a pielonefritis enfisematosa refractaria al tratamiento.
Conclusión:
Teniendo en cuenta su presentación clínica inespecífica, resulta importante considerar la CE como diagnóstico diferencial, especialmente en pacientes con factores predisponentes. El diagnóstico y tratamiento precoz mejoran el pronóstico y disminuyen la mortalidad.