Introducción:
La cistitis incrustada es un proceso poco frecuente que se caracteriza por la precipitación de sales en la mucosa vesical. La presencia de orinas alcalinas es un factor fundamental para dicho depósito. Las infecciones urinarias por gérmenes urealíticos, como Proteus, Morganella o Providencia sp. también parece ser un factor importante. Corynebacterium urealyticum es un bacilo Gram positivo aerobio estricto de crecimiento lento, lipofílico, productor de ureasa y multi-resistente. Suele causar infecciones nosocomiales como cistitis aguda, pielonefritis y cistitis alcalina incrustada, y bacteriemia en pacientes con procesos urológicos crónicos, particularmente en pacientes con exposición previa a antibióticos de amplio espectro.
Caso clínico / Discusión:
Paciente femenina de 45 años, tabaquista, evaluada en otra institución por síntomas urinarios bajos y hematuria de 3 meses de evolución. Se realizó cistoscopia en 2 oportunidades con hallazgo de pólipos vesical (informe de anatomía patológica: tejido inflamatorio). La paciente continúa con síntomas urinarios agregando eliminación de litos de magnesio, fosforo y amonio, siendo el urocultivo y el cultivo del lito, negativos. De todas maneras, fue tratada con ciprofloxacina vía oral y en algunas oportunidades con amikacina con persistencia de síntomas. En nuestra institución se realiza TC observándose vejiga de paredes engrosadas de forma difusa, con edema del tejido adiposo, calcificaciones irregulares endoluminales, y dilatación uretero-pielocalicial izquierda. Se realizó una nueva cistoscopia, biopsia vesical, y urocultivo. Se sembró en medios CLDE y Agar Sangre. A las 24 horas de cultivo se obtuvo desarrollo de colonias muy pequeñas que luego de 48 horas de incubación en atmósfera de 5 % de CO2 se obtuvo desarrollo de colonias más grandes, entre 2 y 4 mm, blanquecinas, redondas y lisas, catalasa positivo, nitratasa negativo, ureasa positivo. Por coloración de Gram se observaron bacilos gram positivos, identificado como Corynebacterium urealyticum (recuento significativo) . El cultivo del lito tuvo el mismo rescate bacteriano. Se indicó vancomicina por vía EV durante 5 días y luego linezolida vía oral por 3 semanas con resolución de los síntomas y normalización del tejido vesical en cistoscopia de control.
Tener cuenta que esta entidad suele observarse en pacientes con uso previo de antibióticos de amplio espectro, orinas con pH alcalino, antecedente de traumatismo y/o cateterismo vesical, manipulaciones urológicas e inmunosupresión. C. urealyticum suele ser altamente resistente y de difícil aislamiento y reconocimiento. El tratamiento se basa principalmente en glicopéptidos y más raramente en quinolonas, tetraciclinas y linezolida; la acidificación de la orina y en ocasiones la intervención quirúrgica, como en este caso, pueden ser necesarias.
Conclusión:
Destacamos la importancia de sospechar cistitis incrustada por C. urealyticum en pacientes con los factores de riesgo mencionados y la presencia de incrustaciones cálcicas en vejiga para poder alertar al microbiólogo, y así poder realizar un tratamiento antibiótico adecuado.