Introducción
El diagnóstico tardío de personas con VIH es una problemática actual en el sistema de salud argentino, donde representan aproximadamente un 30% de los nuevos diagnósticos. La marcada inmunosupresión en el momento del diagnóstico conlleva a escenarios clínicos de mayor complejidad y obliga a la búsqueda de múltiples patologías oportunistas.
Caso clínico
Hombre de 39 años procedente de zona rural consultó por síndrome febril, tos y diarrea de un mes de evolución. Al examen físico paciente caquéctico, con requerimiento de oxígeno suplementario, hepatomegalia, lesiones ulceradas muco-cutáneas y muguet oral. Tomografía de tórax con sistema de cavidades en lóbulo superior izquierdo. En el laboratorio bicitopenia (anemia de trastornos crónicos y linfopenia), transaminasas y fosfatasa alcalina elevadas; test de HIV reactivo y Linfocitos T CD4 26 cél/mm3. Se realiza lavado bronquioalveolar con identificación de Nocardia spp. Escarificación de lesiones mucocutáneas y hemocultivos por lisis-centrifugación con desarrollo de Histoplasma Capsulatum. Hemocultivos lisis-centrifugación con desarrollo de Mycobacterium avium y esputos seriados donde se obtuvo Mycobacterium simiae.
El paciente fallece por hemoptisis masiva a pesar del tratamiento.
Discusión y conclusiones
La nocardiosis pulmonar y micobacterias no tuberculosas (MNT) se asocian a pacientes con linfocitos T CD4 menores a 50 células/mm3. La primera tiene una incidencia entre 0.1 y 0.3%, con mayor predominancia en individuos de zonas rurales sobre zonas urbanas.
La MNT más frecuente en pacientes con VIH es Mycobacterium avium, siendo la forma diseminada la principal presentación clínica. El compromiso pulmonar y extra pulmonar de forma simultánea por diferentes especies es un hallazgo infrecuente.
Estas patologías simulan a la tuberculosis pulmonar tanto por las manifestaciones clínicas como imagenológicas. En un país de moderada endemicidad para tuberculosis, es fundamental tener presentes estos diagnósticos diferenciales y recordar que múltiples patologías pueden coexistir a pesar de que una sola de ellas pueda explicar la presentación clínica.
Se debe ser exhaustivo en la búsqueda de infecciones oportunistas para realizar un tratamiento dirigido.