Introducción:
El síndrome de Waterhouse-Friderichsen (SWF) es una insuficiencia de las glándulas suprarrenales debido a sangrado dentro de dichas glándulas y es causado por una infección meningocócica severa u otra infección bacteriana grave. Los síntomas abarcan insuficiencia suprarrenal aguda y shock profundo. Este síndrome es mortal si no se trata de inmediato.
Caso clínico:
Mujer de 21 años sin antecedentes patológicos conocidos, una internación a los 9 años por neumonía, hija única y sin antecedentes familiares relevantes, estudiante y deportista. Traída a urgencia por familiar por deterioro súbito de la conciencia. Previo a esto refería mialgias de 12 hs de evolución, afebril. Se constata hipotensión arterial, oliguria, vómitos, coma, se intuba. Mientras es asistida se objetivan lesiones equimóticas en piel, livideces, hemorragia conjuntival y sangrado por sitios de punción. Paro respiratorio que responde a maniobras de RCP avanzadas. Se realiza punción lumbar previa tomografía de cerebro sin lesiones y se obtiene líquido cefalorraquídeo (LCR) purulento, se inicia dexametasona y ceftriaxona 2g. El análisis del LCR: turbio sanguinolento, Proteinorraquia 2,71g/l células 1.260 /mm3 65% polimorfonucleares, glucorraquia 24,7 mg/dl. Coloración de Gram Diplococos Gram negativos. Serología positiva para Neisseria meningitidis (ACW153Y). La paciente fallece a las 5 hs. Orientación diagnóstica inicial, shock séptico, meningococcemia, SWF. Se realizó profilaxis con rifampicina al personal médico que asistió sin equipo de protección a la paciente.
Posteriormente tanto en LCR como en hemocultivos desarrolla N. meningitidis (W135) y Streptococcus pneumoniae.
Cinco días previos un varón de 15 años sano había consultado en un centro ambulatorio pediátrico de la provincia, por fiebre y dolor abdominal de horas de evolución progresando en la consulta con shock, lesiones hemorrágicas y muerte. En la autopsia se constataron lesiones hemorrágicas de cerebro que hicieron sospechar un cuadro de meningitis, si bien no se obtuvo etiología del mismo. Los pacientes no tenían nexo epidemiológico entre sí. Ninguno de los pacientes tenía indicación formal para la colocación de vacuna antimeningocócica. En ambos casos epidemiología realizó la quimioprofilaxis de los contactos.
Conclusiones:
La coinfección por ambos patógenos es poco descrita en la literatura, solo hallamos el reporte de necropsia de un niño sano de 2 años que fallece rápidamente con SWF y se detectó por estudios de autopsia N. meningitidis serotipo C más S. pneumoniae.
Varios ítems se destacan de este caso (a) infrecuencia de la coinfección por microorganismos capsulados en una paciente sin compromiso inmunológico diagnosticado previamente, (b) presentación con rápida progresión a la muerte y a pesar de la sospecha clínica y etiológica no se puede modificar la evolución de la misma (c) importante repercusión epidemiológica y social tanto en los contactos como en la población general.