Antecedentes:
El estigma ha sido reconocido como uno de los principales factores que favorecen la expansión de la epidemia de VIH pues obstaculiza las acciones preventivas, el testeo oportuno, el seguimiento y la adherencia al tratamiento. Por este motivo, resulta necesario desarrollar instrumentos actualizados de medición del estigma, culturalmente adaptados al contexto local, con el fin de describir este fenómeno para orientar las intervenciones de reducción de estigma y evaluar su eficacia. Los principales modelos teóricos de estigma frente al VIH reconocen tres dimensiones del estigma: experimentado, anticipado e internalizado. El objetivo de este estudio fue describir los niveles de estigma en personas con VIH de Buenos Aires y obtener evidencia de validez y confiabilidad de un nuevo instrumento de medición.
Método:
Se diseñó un instrumento preliminar de 88 ítems a partir de entrevistas a personas con VIH, otras escalas disponibles ya validadas y las principales teorías actuales sobre estigma. Cinco jueces expertos en VIH evaluaron la claridad, relevancia y validez de contenido de los reactivos preliminares. Se obtuvo una versión depurada de 77 ítems que fue administrada a una muestra piloto entre noviembre y diciembre de 2016. El análisis estadístico incluyó el análisis descriptivo de los ítems, los alfas de Cronbach para establecer la confiabilidad de las escalas y correlaciones con la adaptación española de la versión abreviada de la “Escala de Estigma de VIH”, para obtener evidencia de validez de criterio.
Resultados:
La muestra consistió en 46 personas con VIH (67% hombres, 31% mujeres y 2% mujeres trans). La media de edad fue de 41 años (DE=10,68) y la media de años en tratamiento fue de 6,64 (DE=6,84). El 50% había experimentado estigma relacionado con el VIH alguna vez. Cincuenta ítems con adecuada asimetría, curtosis y correlación ítem-total fueron conservados para la versión final. Las escalas mostraron adecuada confiabilidad (Alfas: Internalizado=.86; Anticipado=.85; Experimentado=.86) y correlacionaron significativamente con su criterio (Internalizado: r=.68; Anticipado: r=.81 y .47; Experimentado= r=.79). Se observaron niveles más elevados de estigma anticipado (M=58,54; DE=13,72), que de estigma internalizado (M=41,85; DE=13,02) y experimentado (M=33,76; DE=13,19).
Conclusiones:
Las personas con VIH de la Ciudad de Buenos Aires mostraron niveles más elevados de estigma anticipado e internalizado que de estigma efectivamente experimentado, lo que resulta consistente con estudios previos realizados en Argentina. La versión preliminar del nuevo instrumento para medir estigma relacionado con el VIH demostró adecuada confiabilidad y validez de contenido y criterio. El paso siguiente será la realización de un análisis factorial con una muestra de mayor tamaño con el fin de incrementar la evidencia de validez y arribar a una versión final. En conclusión, se puede considerar que esta versión preliminar resulta promisoria de cara al desarrollo de un instrumento útil para recolectar información acerca del estigma con el fin de orientar el diseño de intervenciones individuales y colectivas y evaluar su eficacia.