Introducción:
El espectro clínico de las infecciones herpéticas son frecuentes y sus manifestaciones pleomórficas. En particular, las manifestaciones oftalmológicas y en sistema nervioso central cobran un papel protagónico en pacientes inmunodeprimidos. La coriorretinitis herpética bilateral no necrotizante asociada a hipertensión endocraneana es una entidad clínica reportada por primera vez hace 7 años. Desde entonces solo se han reportado 28 casos, sin casos en la literatura latinoamericana.
Descripción del caso/casos:
Paciente femenina de 63 años con antecedente de hipertensión arterial, diabetes y leucemia linfocítica crónica, sin tratamiento por falta de criterios, consultó por cuadro de un mes de evolución caracterizado por cefalea frontoparietal de alta intensidad asociado a alteración en la agudeza visual, hiperemia conjuntival y miodesopsias. Al examen físico se constata taquicardia, midriasis con reflejos oculomotores conservados y presencia de visión bulto. En el fondo de ojo se visualiza tindal de camara anterior con seclusión pupilar bilateral además de hipotensión ocular, vitreítis y retina no visualizada, por lo que, se realiza una tomografía computada de cráneo sin lesiones con efecto de masa, se prosigue a una punción lumbar que evidencia hipertensión endocraneal (presión de apertura de 70 cmH20). Se objetiva también hiperproteinorraquia (3.54 g/dl), cociente glucosa LCR/sérica 0.41 y 10% de leucocitos a predominio de monomorfos, citometría de flujo, tinción tinta china y PCR virales negativas, VDRL negativa, cultivos negativos. Se realiza Resonancia Magnética cerebral que no evidencia hallazgos patológicos la cual descarto carcinomatosis meníngea. Se solicitan serologías para HIV y CMV negativos. Se interpreta cuadro como hipertensión endocraneana y sospecha de uveítis posterior; por lo que se solicita PCR panviral en humor vítreo, la cual fue positiva para VHS-1, se arriba al diagnóstico de coriorretinitis por herpes simple tipo 1. Se inició tratamiento con midriáticos, Valaciclovir, inyecciones intravítreas de foscarnet y corticoides, consiguiendo quiescencia de las lesiones con respuesta satisfactoria por lo que se decide control por ambulatorio y continuación de tratamiento con aciclovir completando 6 meses.
Discusión:
A modo de conclusión, la ventaja de reconocer precozmente dicha entidad clínico-oftalmológica radica en la administración precoz de tratamiento acertado logrando mitigar los síntomas, y disminuir complicaciones a largo plazo.