Introducción
Trichophyton benhamiae (anamorfo de Arthroderma benhamiae) es un dermatofito zoofílico emergente con reservorio en cobayos y otros animales domésticos. Cómo patógeno humano, se lo asocia principalmente a casos de tinea corporis y faciei, ocasionalmente tinea manuum, capitis y querion de Celso, y muy raramente en onicomicosis. Afecta principalmente a niños, las lesiones suelen ser inflamatorias y requerir tratamiento tópico y/o sistémico. Presentamos un caso de tinea faciei en un paciente pediátrico.
Resumen clínico y exámenes complementarios
Paciente femenina de 12 años concurre al servicio de Dermatología Infantil por presentar placa eritematoescamosa pruriginosa de configuración anular en región de la sien derecha de tres días de evolución compatible con tiña. La niña tenía un cobayo como mascota.
Se toma muestra para cultivo micológico. Recibió tratamiento con griseofulvina y terbinafina orales, con evolución favorable. En el laboratorio de micología, se realizó un examen directo de las escamas en microscopio de fluorescencia utilizando blanco de calcoflúor y se observaron filamentos tabicados y ramificados, compatibles con dermatofitos. La muestra se sembró en tubos de agar Sabouraud glucosado con cloranfenicol y agar Lactrimel, y se incubaron a 28°C por 21 días. El cultivo presentó, en el análisis macroscópico, colonias blancas con pigmento amarillo en el reverso, similares a las que presenta Microsporum canis. La micromorfología, observada en microscopio óptico en 400X con azul de lactofenol, mostró microconidias globosas dispuestas en racimos con origen en los laterales de las hifas, características que orientaban a pensar en T. mentagrophytes. Por la alta sospecha epidemiológica y la imposibilidad de un diagnóstico certero a partir del cultivo se identificó por espectrometría de masas (Vitek® MS) que identificó el aislamiento como A. benhamiae con un 99% de confianza.
Conclusiones
El diagnóstico microbiológico de las micosis superficiales producidas por T. benhamiae constituye un desafío debido a que la identificación por métodos convencionales suele no ser concluyente. La espectrometría de masas o la secuenciación del ADN ribosomal son necesarias para un diagnóstico certero. Sin embargo, resulta fundamental realizar una adecuada anamnesis en pacientes con este tipo de lesiones, que incluya los datos de contacto con este tipo de animales domésticos poco convencionales y así orienten la sospecha diagnóstica a este tipo de dermatofito.