Aspergillus es un hongo oportunista presente en el medio ambiente, puede contaminar quirófanos y materiales como prótesis o infectar heridas quirúrgicas. Se presenta un caso de endocarditis protésica precoz (EPP) por Aspergillus Sección Terrei en un paciente masculino adulto, inmunocompetente, que fue sometido a cirugía cardíaca de doble reemplazo valvular por presentar estenosis severa de válvula aórtica y mitral. Cuatro meses después, reingresó a nuestro nosocomio por registros febriles sin foco aparente. Fue evaluado por los servicios de Clínica Médica y Cardiología. Los resultados de laboratorio evidenciaron un proceso inflamatorio. Se indicó internación bajo diagnóstico presuntivo de EPP. Se tomaron 3 muestras de sangre para cultivo y se incubaron en sistema automatizado BACTEC FX-BD. Se repitieron hemocultivos a las 48 y 72 h. Se inició tratamiento empírico con vancomicina y gentamicina. Se realizó ecocardiograma transesofágico para valorar la presencia y gravedad de lesiones valvulares. Todos los hemocultivos resultaron positivos. Al examen microscópico se observaron hifas tabicadas y ramificadas. Los subcultivos se realizaron en agar chocolate y agar Sabouraud. Se incorporó anfotericina B (AMB) desoxicolato al tratamiento empírico inicial. El paciente continuó con registros febriles diarios. Su estado general se vio afectado tras sufrir un ACV isquémico, con complicaciones del foco motor izquierdo que provocó una hemiplejía facio crural izquierda. Se decidió recambio valvular con alto riesgo quirúrgico. Luego de 7 días de incubación desarrollaron colonias aterciopeladas, lanosas, color marrón canela con tonos marrón en su reverso. Se identificó como A. Sección Terrei. El aislamiento se derivó al Laboratorio Nacional de Referencia “Dr. Carlos G. Malbrán” donde se realizaron pruebas de sensibilidad (CIM a AMB 2mg/l , 0,5 mg/l voriconazol y 0,25 mg/l posaconazol). El paciente falleció previo a la instauración de un tratamiento antifúngico adecuado, ya que A. Sección Terrei presenta altos índices de resistencia a AMB. Tampoco fue posible llevar a cabo la valvuloplastia. La endocarditis fúngica es de mal pronóstico. Su presentación constituye un desafío diagnóstico, la detección del agente etiológico se dificulta cuando el organismo es de crecimiento lento. Se requiere un elevado índice de sospecha, diagnóstico precoz e intervención oportuna. La cirugía es el tratamiento final. El manejo óptimo de esta infección requiere un enfoque multidisciplinario.