Introducción:
Las bacterias resistentes a carbapenemes (BRC), y en particular los Enterobacterales resistentes a carbapenemes (ERC), son una amenaza global cuya incidencia se vio acelerada por la pandemia de COVID-19.
Objetivos:
Evaluar la tendencia temporal en la incidencia de BRC y ERC en un hospital de Santa Fe.
Materiales y métodos:
Realizamos un estudio epidemiológico observacional donde se analizaron de forma retrospectiva todas las BRC aisladas de muestras clínicas de las salas generales (Clínica Médica y Cirugía General) y Unidad de Terapia Intensiva (UTI) de un hospital de Santa Fe. Las muestras tomadas para screening fueron excluidas. Se analizaron tres períodos: P1 (09/2019-08/2020), P2 (09/2020-08/2021) y P3 (09/2021-08/2022). La identificación microbiológica se realizó a través del Vitek 2C y la actividad carbapenemasa se detectó a través de métodos fenotípicos (CLSI). Los cálculos de incidencias e IC 95% (test mid-P exacto) se realizaron en OpenEpi, utilizando como denominador el recuento de pacientes-día, calculado como el producto entre la cantidad de pacientes internados y su estadía hospitalaria. Las comparaciones entre variables cualitativas se realizaron con test de Chi2 y la tendencia temporal a través del test de Mann-Kendall.
Resultados:
Se registraron 1232 BRC en 84559 pacientes-día (Tabla 1). El 54,9% (n=676) fueron Enterobacterales: 70,7% (n=478) del género Klebsiella, 13,5% (n=91) Serratia, 6,21% (n=42) Proteus y 9,61% (n=65) otros. El 52,7% (n=649) de las BRC expresó carbapenemasas de tipo KPC o MBL, detectándose 3 productores dobles. La expresión de carbapenemasas fue mayor en UTI que en sala general (50,5% vs 29,6%, p<0,001). Durante el P2 hubo un aumento significativo de BRC con respecto al P1 ( p<0,001), el cual se correlacionó durante el P2 a la incidencia de COVID-19 (rho=0,874, p<0,001). El P3 tuvo una incidencia de BRC 67% superior al P1 (p<0,001). Durante el período evaluado, la incidencia de ERC en UTI mostró una tendencia lineal positiva (p=0,04).
Discusión / Conclusiones:
La incidencia de BRC creció significativamente durante la pandemia de COVID-19, y fue acompañada por el crecimiento lineal de ERC en UTI. Estos resultados refuerzan la necesidad de reforzar control de infecciones, la implementación de PROAs (Programas de Regulación y Optimización de Antimicrobianos) así como vigilancia permanente de BRC.