Introducción:
El diagnóstico etiológico de infiltrados pulmonares (IP) en pacientes oncohematológicos (OH) mediante lavado broncoalveolar (LBA) no siempre se puede realizar y el rendimiento es variable, utilizándose frecuentemente métodos no invasivos (MNI).
Objetivos:
Describir y comparar en pacientes OH o con trasplante de células progenitoras hematopoyéticas (TCPH) e IP las características clínicas, el rendimiento diagnóstico y la evolución según el empleo de MNI o LBA.
Material y Métodos:
Estudio prospectivo, observacional. Se incluyeron episodios de IP en adultos OH o TCPH internados en nuestra institución entre 2011 y 2016. Según la estrategia diagnóstica se dividieron en: Grupo 1 (G1) MNI y Grupo 2 (G2) LBA y MNI. Los MNI fueron: hemocultivos (HC), cultivo de esputo (CE), antígeno urinario de S. pneumoniae (AUSP), hisopado nasofaríngeo (HNF) para virus respiratorios y galactomanano sérico (GM). Se compararon variables clínicas, diagnósticas y evolución. Análisis estadístico con SPSS23.: Chi2 o test de Fisher para variables categóricas y test de Student o U de Mann-Withney para variables continuas.
Resultados:
Se incluyeron 144 episodios de IP: G1 78 (54%) y G2 66 (46%). La enfermedad de base más frecuente fue leucemia (45% vs 67% %, p=0.009).
Se encontraban neutropénicos 61.5% vs 50%, p=0.16. Recibieron TCPH 46.2% vs 42.4%, p=0.65 (alogénicos 36% vs 64%, p=0.02). Recibían profilaxis antibiótica 22% vs 18%, p=0.53 y antifúngica 37% vs 39%, p=0.78.
La presentación clínica fue similar: fiebre (94% vs 88%, p=0.25), taquipnea (46% vs 36%, p=0.18), hipoxemia (SO2 < 92%) (26% vs 27%, p=0.8) y disnea (49% vs 42%, p=0.45). La mediana del score APACHE II fue 8 (0-25) vs 6 (0-28), p=0.3.
Se realizó TC de tórax en 96% vs 100%, p=0.1. El patrón nodular y el signo del halo fueron más frecuentes en G2 (19% vs 53%, p Se realizaron HC en todos, siendo positivos en 14% vs 11%, p=0.61. Tanto la realización como el resultado positivo de AUSP, CE y GM fue semejante en ambos grupos. Se hizo HNF en 80% vs 62%, siendo positivo en 39% vs 17%, p=0.02.
El 83% de los pacientes del G2 habían iniciado un tratamiento empírico previo al LBA.
Se arribó a un diagnóstico etiológico en 60% vs 67%, p=0.42; siendo infección documentada en 49% vs 51.5%, p=0.73.
Hubo mayor diagnóstico de infección fúngica y mixta en G2 (4% vs 15%, p=0.02 y 6% vs 18%, p=0.03, respectivamente), sin diferencias en infección bacteriana (17% vs 27%, p= 0.15) ni viral (32% vs 24%, p=0.3). Sin embargo, en G2 el LBA permitió llegar a un diagnóstico etiológico en 73% de los que tenían MNI negativos.
Requirieron cuidados intensivos 15% vs 29%, p=0.51. La mortalidad relacionada al final del episodio fue similar (4% vs 12%, p=0.11), así como a 30 días (10% vs 21%, p=0.07).
Conclusiones:
El LBA en pacientes OH y TCPH con IP, se realizó predominantemente en pacientes con leucemia y TCPH alogénicos con nódulos o signo del halo. Si bien no hubo diferencias en la evolución, el LBA permitió obtener más frecuentemente diagnóstico de infección fúngica o mixta y también establecer etiología en una alta proporción de los casos en donde los MNI no arrojaban resultados.