Introducción:
La neutropenia febril es una complicación frecuente en pacientes que reciben quimioterapia por cáncer. Las recomendaciones nacionales e internacionales sugieren diferentes esquemas de tratamiento empírico inicial. Los mismos deben adaptarse a la etiología de los episodios en cada centro.
Objetivo:
describir la etiología de los episodios de neutropenia febril; y valorar si la terapia empírica inicial es apropiada según los aislamientos de germen.
Materiales y métodos: estudio observacional, descriptivo y retrospectivo realizado entre enero de 2010 y marzo de 2017. Se incluyeron pacientes pediátricos menores de 14 años, con linfomas y leucemias; y al menos una internación en el Servicio de Pediatría por neutropenia febril. Variables medidas: diagnóstico, edad, estratificación de riesgo, recuento absoluto de neutrófilos al inicio de la fiebre, duración en días de la neutropenia, foco de infección, rescate microbiológico, tratamiento instaurado y evolución. Se volcaron los datos en una base de Excel y dada la naturaleza descriptiva del estudio se analizaron los mismos utilizando medidas estadísticas habituales (promedio, rango, mediana).
Resultados:
Se incluyeron 61 episodios en 33 pacientes. El 70% presentaban Leucemia Linfoblástica Aguda, con una mediana de edad de 6,7 años. El 68,8% de los episodios fueron post-quimioterapia, con un valor promedio de recuento absoluto de neutrófilos y duración en días de la neutropenia de 102 y 7,4 respectivamente. El 67,2% de los episodios presentaron neutropenia profunda y el 100% fueron definidos como de alto riesgo. Los focos clínicos más frecuentes fueron respiratorio e infección asociada a catéter. El 29,5% presentó infección microbiológicamente documentada. Del total de aislamientos el 45,4% correspondieron a cocos Gram positivos (y de éstos el 50% fueron Staphilococcus coagulasa negativo meticilino resistentes). El 36,3% fueron bacilos Gram negativos, el 9% virus y el 9% restante hongos. No hubo aislamiento de Pseudomonas aeruginosa y en un caso se obtuvo rescate de un germen multirresistente. Se inició tratamiento combinado en el 59% de los episodios, siendo piperacilina tazobactam/amikacina; y ceftazidima/amikacina las combinaciones más frecuentes. El esquema inicial fue modificado en el 27,8% de los episodios tanto por adecuación según aislamiento de germen como por persistencia de la fiebre a las 72 horas. El 96,8% de los episodios presentó buena evolución con resolución del episodio.
Conclusión:
la monoterapia con piperacilina tazobactam podría ser apropiada en nuestro medio, siempre que se realice un estricto control de los aislamientos en esta población. En caso de sospecha de infección asociada a catéter la adición vancomicina debe considerarse.