Introducción:
Las infecciones oculares constituyen un serio problema debido al incremento de las intervenciones quirúrgicas y del uso de lentes de contacto. La lesión de los tejidos oculares puede conducir a la pérdida irreversible de la visión. Por esto es muy importante realizar el diagnóstico etiológico con precisión y rapidez.
Objetivos:
Analizar la cantidad y tipo de estudios oculares procesados en nuestro laboratorio, y evaluar el desempeño de los métodos diagnósticos: cultivo convencional y qPCR (reacción en cadena de polimerasa) en tiempo real.
Materiales y Métodos:
Se realizó un análisis retrospectivo de 613 estudios oculares recibidos entre el 01/01/2018 y el 30/06/2022: 135 cultivos bacteriológicos y 130 cultivos micológicos de absceso de córnea, y las siguientes solicitudes para detección por qPCR: 35 bacterias universales, 89 hongos, 43 Chlamydia trachomatis, 110 Acanthamoeba, 63 Herpes Simplex I y II y 8 Toxoplasma gondii.
Resultados:
La positividad de los cultivos bacteriológico y micológico en absceso corneal fue 31,9% y 4,6% respectivamente. La bacteria más frecuentemente aislada fue estafilococo coagulasa negativo- ECN (48,8%), seguida de Pseudomonas aeruginosa (16,3%) y Staphylococcus aureus (14%). La qPCR para bacterias universales fue detectable en 48,6% de las córneas. Los hongos aislados fueron: Complejo Candida albicans, C. parapsilosis, Aspergillus fumigatus, Paecilomyces, y Fusarium sp. En 68 muestras de absceso corneal se realizó simultáneamente qPCR para hongos y cultivo micológico, obteniendo 18 qPCR detectables con cultivo negativo. En cuanto a las demás determinaciones por qPCR fueron detectables: 4 C. trachomatis (9,3%), 29 Acanthamoeba (26,4%), 9 Herpes simplex I y II (14,3%) y 1 T. gondii (12,5%).
Discusión / Conclusiones:
En absceso corneal la bacteria aislada con mayor frecuencia fue ECN. Por ser colonizante de piel y mucosas, su rol patógeno debe ser evaluado según el tipo de muestra, la coloración de Gram y la presencia de reacción inflamatoria. La recuperación de hongos fue muy baja como se describe en la literatura. La utilización de la qPCR incrementó la detección de bacterias y hongos en muestras corneales, de manera que, dado que el rendimiento de los cultivos es bajo y/o hay patógenos de difícil desarrollo, las técnicas moleculares serían muy útiles principalmente en infecciones de curso grave, como queratitis y endoftalmitis. Dada la dificultad de obtener muestras del ojo y el escaso volumen que se recoge, es clave la comunicación fluida entre el laboratorio y el oftalmólogo.