Introducción:
Las lesiones ocupantes de espacio (LOE) representan la segunda forma de afectación neurológica en las personas VIH positivas. El linfoma primario del sistema nervioso central (LPSNC) es considerada una de las neoplasias marcadoras de sida. Las histologías predominantes son las de alto grado de malignidad. Está relacionado con el virus de Epstein-Barr (EBV). El tratamiento antirretroviral de alta eficacia (TARV) ha disminuido su frecuencia, pero el pronóstico es malo.
Descripción del caso/casos:
Paciente masculino de 34 años de edad, VIH (+). Antecedente de Tuberculosis pulmonar con tratamiento incompleto. Ingresa por hemiparesia braquiocrural derecha leve a moderada y bradipsiquia. Tomografía axial computada (TAC) de cerebro sin contraste: imagen espontáneamente densa, heterogénea, de limites mal definidos, que compromete el núcleo lenticular, tálamo y cabeza de caudado izquierdos, con extensión hacia la sustancia blanca periventricular, cuerpo calloso y septum pellucidum. Hipodensidad subcortical. Discreta desviación de línea media. Se inicia tratamiento empírico para toxoplasmosis cerebral, corticoideoterapia y TARV. LTCD4+: 88 cel/ul (7%). Anticuerpos anti Toxoplasmosis IgG >>650 UI/ml; aticuerpos anti Tripanosoma cruzi IgG: No Reactivo. TAC de cerebro con contraste: imagen heterogénea que desvía la línea media y la cruza a través del cuerpo calloso, comprime el ventrículo, con ligero colapso de asta frontal de ventrículo lateral izquierdo. Realza en forma homogénea con el contraste endovenoso. Edema perilesional. LCR: Proteínas: 8,81 g/L. Virus de Epstein Barr Detectable con 3.548 copias/ml (3,55 log10). Por progresión clínica se realiza Biopsia estereotáxica de cerebro. Mala evolución y se desencadena óbito. Anatomía Patológica: Neoplasia Maligna Indiferenciada. Proceso linfoproliferativo B de alto grado de agresividad histológica.
Discusión:
Paciente con infección VIH con cuadro clínico e imagenológico de LOE, la conducta consensuada es iniciar tratamiento antitoxoplasma y evaluar respuesta clínica. El paciente presentaba una LOE única, y serología positiva para toxoplasmosis, con detección de VEB en LCR; mala respuesta al tratamiento empírico instaurado para toxoplasmosis. El establecimiento oportuno de un diagnóstico definitivo de LPSNC a través de la biopsia minimiza el riesgo de deterioro neurológico y permite el inicio de tratamiento oncológico específico asociado al TARV.
Conclusión:
El aspecto radiológico, la topografía y las características de las lesiones podrán orientarnos hacia un diagnóstico probable pero la biopsia cerebral constituye el “patrón oro” para el diagnóstico etiológico que permita el tratamiento específico para modificar la sobrevida.