Introducción:
La infección por SARS-CoV-2 es un desafío para la salud pública, debido a su elevada capacidad de diseminación y mortalidad asociada, especialmente en pacientes añosos. Es importante conocer los factores de riesgo vinculados a gravedad y muerte, para poder implementar medidas preventivas y terapéuticas oportunas.
MyM:
Se realizó un estudio observacional, retrospectivo en una cohorte de 1210 adultos con infección por SARS-CoV-2, entre junio y diciembre de 2020 en un Hospital de la Ciudad de Buenos Aires. Se incluyeron mayores de 18 años internados, con al menos una muestra de reacción en cadena de la polimerasa en tiempo real positiva para SARS-CoV-2, con o sin síntomas asociados. Se categorizaron según edad, sexo, comorbilidades y ocupación. Las variables analizadas fueron: requerimiento de cuidados intensivos (UCI), ventilación mecánica y mortalidad durante la estadía hospitalaria. El objetivo primario fue determinar si existía una relación entre la edad y patologías previas, con la neumonía grave que requiriese UCI y mortalidad intrahospitalaria.
Resultados:
De 1210 pacientes internados con hisopado positivo para SARS CoV-2, 60.8% (736) fueron varones, y 24% (291) eran mayores de 60 años, con una mediana de edad de 43 años. 17.3% (209) tenían hipertensión arterial, 8.6% (104) diabetes, 6% (63) obesidad, 4.1% (50) enfermedad cardiovascular, 2.1% (25) enfermedad renal crónica, 2% (24) asma y 1% (23) enfermedad pulmonar obstructiva crónica. A su vez 8.3% (100) eran tabaquistas. 6,4% (77) requirió pase a UCI, de los cuáles 2,1%(25) fallecieron. La mortalidad global fue del 6,4% (77). La presencia de mayor edad y patología preexistente, se asoció con mayor requerimiento de UCI y mortalidad durante la internación.
Conclusión:
Como en otros estudios publicados, las condiciones más asociadas a COVID-19 grave y muerte fueron la edad, y la co-existencia con patologías metabólicas o cardiovasculares. Se observó mayor tendencia a las complicaciones en el sexo masculino. Si bien en nuestro análisis la asociación entre COVID-19 y obesidad no fue estadísticamente significativa, esto podría deberse a la baja proporción de obesos incluidos.
Este trabajo evidencia que la población más vulnerable para padecer enfermedad grave con desenlace fatal es aquella a la que se deben dirigir todos los esfuerzos en las medidas de prevención y diagnóstico precoz a fin de disminuir el impacto, no solamente en costos hospitalarios sino también en la morbi-mortalidad.