Introducción:
La Hidatidosis es una zoonosis parasitaria producida por larvas de cestodos del genero Echinococcus, mayoritariamente granulosus. Se trata de un helminto que tiene un ciclo de transmisión localizado fundamentalmente en áreas rurales. El parásito requiere de diferentes hospederos para completar el ciclo de vida: los hospederos definitivos son el perro doméstico y otros cánidos silvestres donde desarrolla la forma adulta; y los hospederos intermediarios, son principalmente ovinos pero también, caprinos, cerdos, bovinos, guanacos, etc. en los cuales desarrolla la forma o fase larvaria. En el estado adulto, este cestodo parasita al perro, que se convierte en el agente principal de la infección en el ser humano.
El hombre es un huésped accidental que contrae la infección por contacto directo con los perros infectados o en forma indirecta a través de alimentos, agua u objetos contaminados.
Resumen clínico, exámenes complementarios y discusión:
Paciente masculino de 64 años, con antecedentes de hidatidosis hepática y renal en el año 1985 tratado mediante resección quirúrgica y dos años después con antiparasitarios por secundarismo peritoneal. Derivado a nuestro servicio con tomografía por presencia de múltiples quistes abdominales. Asintomático al momento de la consulta. Se realizaron dos pruebas serológicas (HAI y ELISA) con resultado reactivo para dicha enfermedad. Se realizó ecografía abdominal que describe quistes retrovesical, perihepatico y en espacio espleno-renal, de variables tamaños siendo el predominante de 82 x 65 mm aproximadamente; tipo Gharbi III. Se planteó diagnóstico diferencial con abscesos y metástasis así como la disquisición entre reinfección o secundarismo tardio.
Debido a decisión del paciente de no aceptar tratamiento quirúrgico como primera instancia se inicia tratamiento médico con Albendazol 400 mg c/12 hs, a la espera de nuevo control imagenologico para decidir conducta posterior.
Conclusiones:
Describimos un caso que podría corresponder tanto a un episodio de reinfección o infección secundaria a siembra peritoneal en el acto quirúrgico, décadas después del mismo. La bibliografía hallada al respecto describe, como máximo periodo desde la resección de un quiste hepático hasta el hallazgo de quistes peritoneales secundarios, 17 años. Creemos importante tener en cuenta, ante un paciente adulto con antecedente positivo, incluir este diagnóstico diferencial ante la presencia de lesiones quísticas , asi como también replantear el periodo de seguimiento de esta patología una vez finalizado el tratamiento, requiriendo controles extendidos en el tiempo.