Introducción
Las complicaciones infecciosas luego de cirugías abdominales aumentan la morbimortalidad, la estadía hospitalaria y los costos. Los biomarcadores sirven para detectar y predecir la evolución de los procesos inflamatorios.
Objetivo
Describir los resultados clínicos de pacientes adultos con infección del sitio quirúrgico (ISQ) de órgano / espacio (OE), seguidos con imágenes o biomarcadores como guía para la suspensión de antibióticos.
Materiales y métodos
Cohorte retrospectiva. Se incluyeron pacientes hospitalizados >16 años que presentaron ISQ OE luego de una cirugía abdominal entre junio 2014 y enero 2020. Se describen las variables: demográficas, comorbilidades, score de Charlson, eritrosedimentación (ERS), proteína c reactiva (PCR) cuantitativa, imagen (tomografía, ecografía), tipo de drenaje (quirúrgico o percutáneo). La fuente de datos fue la historia clínica. Se construyó una base de recolección y análisis descriptivo de las variables en excel. Desenlaces: tasa de diagnóstico microbiológico, tasa de recaída. Se definió un porcentaje de descenso de PCR para suspensión de antibióticos> 80%. Se realizó un análisis descriptivo para las variables relacionadas con las características de la población en estudio. Se utilizó la prueba de Fisher para comparar la tasa de recaída de infección entre ambos grupos.
Resultados
Se incluyeron 134 pacientes, 94 seguidos con biomarcador (G1) y 40 seguidos además con imagen (G2). 68 mujeres con edad promedio 56,79 años (19-99) y un score medio de comorbilidad de Charlson de 3,82 (MIN=0 – MAX=10). Más de la mitad de los pacientes tenían antecedentes de cáncer antes de la cirugía (n=69, 51,49%). Diagnóstico microbiológico en 126/134 pacientes, la mayoría polimicrobiana. Promedio de días de tratamiento antibiótico por paciente, en G1= 19,54 días (promedio endovenoso= 11,75 días) y G2: 26,8 días (promedio endovenoso=17,84 días), p=0,003. Drenaje percutáneo: 93 pacientes, drenaje quirúrgico: 51 pacientes. Tasa de recaída fue G1= 5,31% y en G2= 12,5% (p=0,16).
Conclusión
El monitoreo con PCR fue útil para guiar la duración del tratamiento antimicrobiano, no así la ERS. Se redujo los días promedio de tratamiento antibiótico (19,54 Vs 26,8, p= 0,003). No se encontraron diferencias significativas en la tasa de recaída entre ambos grupos.