Introducción:
La neumonía asociada a ventilación mecánica (NAV) es una de las principales infecciones asociada al cuidado de la salud en nuestra institución, con una incidencia aproximada de 12 casos/1000 días de ventilación mecánica (VM). La presencia de bacteriemia es infrecuente y no está claro si influye en la evolución clínica de los pacientes que desarrollan NAV durante su estancia en terapia intensiva.
Objetivos:
Conocer la incidencia de bacteriemia en NAV.
Determinar si la presencia de bacteriemia es un factor pronóstico de la NAV.
Materiales y métodos:
Estudio descriptivo, prospectivo, de casos y controles. Analisis las NAV de terapia intensiva de nuestra institución de 2013 a 2018 diagnosticadas según criterios del VIHDA en pacientes con mas de 48hs de VM, las muestras respiratorias fueron obtenidas por técnica no invasiva analizada en forma cuantitativa con punto de corte 1.000 UFC/ml. Los controles fueron pacientes con NAV y hemocultivos negativos y los casos fueron aquellos que presentaron concomitantemente hemocultivos positivos con igual microorganismo que el asilado en la muestra respiratoria.
Variables analizadas: sexo, edad, comorbilidad, motivo de ingreso, multirresistencia, tiempo desde inicio VM hasta diagnóstico de NAV, tiempo desde diagnóstico NAV al destete, tratamiento empírico adecuado (TEA), internación en terapia intensiva, días de hospitalización, mortalidad hospitalaria y a los 7 días.
Análisis estadístico con SPSSv20.
Resultados:
Durante el periodo analizado se diagnosticó NAV en 158 pacientes, 20 de los cuales presentaron bacteriemia con una incidencia de 0,13 (IC95%: 0,07-0,18). Los agentes etiológicos fueron similares en ambos grupos, siendo los más frecuentes Acinetobacter baumannii, Klebsiella pneumoniae, Staphylococcus aureus, Pseudomonas aeruginosa y Escherichia coli. En el análisis univariado en los pacientes con bacteriemia el diagnóstico de NAV fue mas tardío sin significación estadística, la presencia de multirresistencia fue mas frecuente pero no significativa y el TEA fue menos frecuente con diferencia estidísticamente significativa. Las variables evolutivas analizadas ocurrieron de manera similar en ambos grupos: tiempo desde el diagnóstico al destete 11,2 (DE=11,7) vs. 10,3 (DE=14,3) días p=0,79, internación en terapia intensiva 27,1 (DE: 9,4) vs. 28,6 (DE: 16,6) días p=0,59, mortalidad a los 7 días 13,8% vs. 25% p=0,19 y mortalidad hospitalaria 35,5% vs. 50% p=0,22. Si bien el porcentaje de mortalidad fue mayor en los pacientes con bacteriemia no resulto estadísticamente significativo.
Las variables que se correlacionaron con mortalidad fueron edad, comorbilidad, multirresistencia, tratamiento inadecuado y estancia prolongada en terapia intensiva y hospitalaria.
Conclusiones:
La bacteriemia en NAV en nuestra institución fue similar a la reportada y en nuestro análisis no representa un factor de mala evolución ni de mortalidad. Una limitación es el escaso número de pacientes, debido de la infrecuencia de esta presentación clínica; teniendo en cuenta que se ha analizado la experiencia de 6 años, se podría superar esta limitación con estudios multicéntricos.