Introducción:
La magnitud y relevancia de la Resistencia Antimicrobiana (RAM) demandan acciones coordinadas, dinámicas y sostenidas en el tiempo. Se dificulta identificar, priorizar los problemas e implementar medidas acordes a un objetivo, con el compromiso en diferentes niveles de decisión y gestión, que permitan garantizar su cumplimiento.
Objetivos:
Identificar problemas y oportunidades de mejora escalonadas, desarrollando un programa “a medida” para alcanzar la solución a situaciones de riesgo epidemiológico, teniendo presente las características, la ecología y los recursos disponibles de la institución.
Materiales y Métodos:
Con el asesoramiento externo de un grupo de expertos y el compromiso de las autoridades institucionales, se conformó un grupo de trabajo local multidisciplinario que identificó y eligió las dificultades a abordar, estableciendo estrategias y propuestas de cambio según un “orden de prioridades”.
Resultados:
Entre enero de 2021 y mayo de 2022 se logró sistematizar la búsqueda de organismos multirresistentes (portación y en muestras clínicas) e instaurar las medidas de aislamiento en pacientes sospechosos y confirmados. La tasa de Enterobacterias productoras de carpabapenemasa (EPC) de muestras clínicas (>72 hs de internación; c/1000 días/paciente) mejoró: 0,43 y 0 (p 0,52). De datos obtenidos de antibiogramas de las ITU asociada a sonda vesical (SV) de 2 años previos, se estableció la guía de tratamiento empírico de la institución. Se organizó un kit para la colocación de SV y un checklist para verificar la práctica. La tasa de ITU asociada a SV (episodios c/1000 días/paciente) fue 7,2 y 14 (p 0,61). En cuanto a consumo de antimicrobianos: la tasa DDD c/100 días paciente en el periodo pre y post intervención fue: Ceftriaxona 12,2 y 1,2 (p <0.000), Clindamicina 36,9 y 20,2 (p <0.000), Ampicilina Sulbactam 87,4 y 46,7 (p <0.000), Ciprofloxacina 14,9 y 6,3 (p <0.000). Se colocaron dispensadores de alcohol-gel en todas las áreas y se implementó la observación de la adherencia a la higiene de manos pre y post intervención: 64,8% y 82,4% (p <0.000). Se realizaron capacitaciones (lavado de manos, uso de ATB en las patologías más frecuentes, ateneos clínicos), y se implementaron cambios estructurales en la sala de atención de pacientes con COVID-19. Se creó formalmente el Comité de Control de Infecciones por primera vez y se promovió la formación de una ECI local.
Discusión / Conclusiones:
Pudimos observar que un programa integrado de PROA y PCI adaptado a la realidad institucional, y con la guía de un grupo de expertos y el compromiso de las autoridades locales logró mejorar en forma significativa el consumo de antimicrobianos y prácticas preventivas como la higiene de manos. No vemos aún un descenso en la tasa de infecciones asociadas a SV, pero sí fue posible elaborar guías propias de manejo y prevención y sostener una baja tasa de infecciones por EPC en un escenario local con niveles elevados de RAM. Aún con pocos recursos e intervenciones seleccionadas es posible impactar en prácticas vinculadas a la RAM.