Introducción:
Pasteurella multocida en un cocobacilo gram negativo, patógeno habitual de animales y ocasionalmente de los humanos. Coloniza los tractos gastrointestinal y respiratorio de mamíferos (gatos y perros, los más habituales). Aunque las principales infecciones que produce son aquellas que comprometen la piel y los tejidos blandos secundarias a mordedura o arañazo; puede causar otras menos frecuentes: osteomielitis, artritis, infección respiratoria, meningitis, endocarditis, infección urinaria, entre otras.
Descripción del Caso/Casos:
Presentamos el caso de una paciente de 63 años que ingresa a la guardia del hospital por pérdida del conocimiento, secundaria a caída propia de altura, con 2 episodios previos en los últimos 2 meses, disminución del apetito de un mes de evolución, disuria y metrorragia de 6 meses de evolución. El examen de laboratorio reveló un hematocrito de 30.6 % y una hemoglobina de 10.3 g/dl. Se realizó TAC de encéfalo que no mostró lesiones agudas y se tomaron muestras de hemocultivos, que fueron negativos, y, de urocultivo. Este último mostró leucocituria, y cultivo monomicrobiano para Pasteurella multocida (identificada por espectrometría de masas MALDI-TOF) con un recuento mayor de 100 mil UFC/ml, sensible a penicilina, ceftriaxona, TMS, y ciprofloxacina (según normas CLSI). Se inició tratamiento con ceftriaxona (1 g/24 h) durante 5 días. Por continuar con el cuadro de disuria y presentar un registro febril se tomaron nuevas muestras de hemocultivos (con resultado negativo) y, de urocultivo del que se aisló P. multocida con igual recuento y con idéntica sensibilidad antibiótica que el aislado previo. Se reemplazó ceftriaxona por piperacilina/tazobactam (4.5 g/6h) durante 10 días con buena respuesta clínica. Se realizo biopsia de útero con diagnóstico de sarcoma. Cumplido el tratamiento se le otorgó el alta hospitalaria con seguimiento por consultorio externo para el tratamiento de su tumor ginecológico.
Discusión:
Una revisión de la literatura sobre infecciones urinarias por P. multocida revela casos esporádicos, la mayoría asociados a patología urinaria preexistente o a ciertas afecciones clínicas (neoplasia, diabetes, inmunocompromiso, entre otras) con exposición a animales en la mayoría de los casos. Nuestra paciente presentaba un sarcoma uterino y cinco gatos como mascotas, ambos factores predisponentes para la infección por esta especie. Destacamos la importancia de considerarla como uropatógeno en pacientes susceptibles que refieran mascotas.