Introducción:
La infección por Clostridium difficile toxigénico (CDI) es la principal causa de diarrea infecciosa intrahospitalaria. Actualmente también se la reconoce como causa de diarrea en la comunidad. Estudios de Norteamérica y Europa estiman que el 20-27% de todas las CDI son de origen comunitario, mientras que hay escasa información disponible para nuestra región.
Objetivo:
Determinar el origen epidemiológico de los pacientes con CDI que se presentaron en nuestro centro desde el 2014 al 2016, y analizar los factores de riesgo y la presentación clínica del grupo con origen en la comunidad.
Materiales y métodos:
Estudio observacional y retrospectivo. Se incluyeron todos los pacientes con resultado positivo para toxinas A/B de C. difficile en materia fecal que ingresaron al laboratorio para ser evaluados para CDI, entre enero del 2014 y diciembre del 2016. Se consultaron las historias clínicas para clasificar el origen epidemiológico: infecciones de la comunidad (CO), infecciones asociadas al cuidado de la salud con inicio en hospital (HO-HCF) o con inicio en la comunidad (CO-HCF), indeterminada o desconocida, según las definiciones de la Sociedad Americana para las Enfermedades Infecciosas del año 2007. En el grupo CO se evaluó: sexo, edad, comorbilidades, factores de riesgo para CDI (inmunosupresión, terapia antibiótica (ATB), inhibidores de la bomba de protones, uso de antiinflamatorios no esteroides, y quimioterapia en los últimos 90 días) y coprocultivo. También se registró la presentación clínica, tratamiento y evolución (complicaciones y recurrencias).
Resultados:
Se incluyeron 86 pacientes, con una media de edad de 45 años (16 – 79). El 22% (19/86) fueron CO. El 30% se correspondió a CO-HCF, el 35% a HO-HCF, el 8% fue indeterminada y el 5% desconocida. El 63% (12/19) del grupo CO consultó en el servicio de Emergencias del hospital, y no tenían antecedentes patológicos de importancia al momento de la consulta. El (14/19) 73,6% recibió ATB en los últimos 90 días, siendo el más referido amoxicilina-clavulánico (8/14). Dolor abdominal fue el síntoma acompañante más frecuente (14/19). En 16/17 la droga de elección para el tratamiento fue metronidazol. El 63% se manejó de manera ambulatoria y solo 3 pacientes requirieron internación. Dos pacientes (10%) recayeron, sin requerir internación y fueron tratados con metronidazol con buena evolución.
Conclusiones:
El 22% de las CDI tuvieron su origen epidemiológico en la comunidad, resultado que coincide con los porcentajes estimados para Norteamérica y Europa. Se observó una asociación esperable con el uso de antibióticos en el 73% de los casos. En un solo paciente no se encontraron factores de riesgo para la infección. Pacientes de la comunidad, que consultan por diarrea asociada a dolor abdominal, y recibieron antibióticos en los últimos 90 días, serían candidatos para solicitarles la detección de toxina en materia fecal, incluyendo adultos jóvenes. Conocer la epidemiología de la CDI de nuestro medio contribuye a mejorar el manejo de los pacientes, principalmente en cuanto a la detección temprana y tratamiento adecuado.