Introducción:
La pericarditis aguda en pediatría es infrecuente, siendo la etiología viral la más común. Así mismo las complicaciones cardíacas causadas por la infección por virus de Epstein Barr (VEB) son excepcionales y generalmente se trata de una infección autolimitada en pacientes inmunocompetentes. Las manifestaciones cardíacas descriptas incluyen cambios electrocardiográficos no específicos, miocarditis y pericarditis; la asociación con el taponamiento cardíaco, es una presentación atípica y no se ha reportado en pacientes pediátricos, lo que motiva su presentación.
Resumen clínico:
Se describe el caso de un niño de 7 años con antecedente de cardiopatía resuelta a los 18 meses de vida que se encontraba en seguimiento cardiológico por presentar los últimos tres meses episodios de síncopes. Ingresa febril, en contexto de catarro de vía aérea superior, con descompensación cardíaca. Se constata un taponamiento pericárdico con derrame pleural bilateral por lo que se realiza, de urgencia, pericardiocentesis y toracocentesis. Se extraen 600ml de líquido seroso. Dentro de las muestras solicitadas se incluye PCR VEB en líquido pericárdico y pleural que resultan positivas. En sangre presenta IgG VCA y EBNA positivos como marcadores de infección pasada. En este contexto se solicita, en la anatomía patológica de pericardio, hibridización para VEB, EBERS, con resultado positivo, con lo que se arriba al diagnóstico de taponamiento pericárdico por VEB. Se descartó oportunamente inmunodeficiencia.
El paciente requirió tratamiento con inotrópicos y oxido nítrico durante 29 días, ARM durante 24 días y hemofiltración durante 4 días; recibió el alta a los 45 días con buena evolución clínica.
Discusión:
La pericarditis y el taponamiento cardíaco responden a diversas etiologías en edad pediátrica, entre ellas se destacan las infecciosas, idiopáticas, síndrome post pericardiotomía, traumáticas, colagenopatías, fármacos y las neoplasias entre otras.
El diagnóstico del caso se realizó en base a los antecedentes, examen físico, pruebas de laboratorio y el estudio histopatológico mediante la técnica de hibridación del tejido pericárdico para el virus de Epstein-Barr, EBERS. Asimismo, se descartaron otras etiologías: virales (PCR en plasma para CMV, adenovirus, enterovirus, picornavirus y mycoplasma negativos y líquido pleural para enterovirus, influenza A y B, parainfluenza y mycoplama negativos), HIV negativo; bacterianas (HMC y Cultivo líquido pericárdico negativos) y micobacterias (PCR TBC y cultivo purulento para micobacterias negativos, PPD 0).
Conclusiones:
La pericarditis viral, especialmente debida al VEB, resulta de difícil diagnóstico en edad pediátrica, por lo que, en muchos casos, se asumen como idiopáticas. El estudio del líquido pericárdico mediante PCR viral, así como el aporte de la anatomía patológica, resultan fundamentales para arribar a un diagnóstico preciso. El VEB debe incluirse en el diagnóstico diferencial de pericarditis y el líquido pericárdico debe examinarse mediante análisis de PCR.
Palabras claves:
Pericarditis por VEB, EBERS.