Introducción:
Las infecciones del tracto urinario (ITU) constituyen procesos infecciosos frecuentes, tanto en la comunidad como en los hospitales. Como es sabido, el aumento de la resistencia en los agentes causantes de las mismas es cada vez mayor. Por este motivo, la identificación de los principales uropatógenos y sus patrones de sensibilidad a los antimicrobianos reviste especial importancia para orientar los tratamientos empíricos adecuadamente, evitando el aumento de la resistencia, y los fracasos terapéutico.
Objetivo general:
Identificar los principales agentes bacterianos causantes de infecciones urinarias adquiridas en la comunidad y sus patrones de resistencia antimicrobiana en urocultivos de pacientes ambulatorios.
Materiales y métodos:
Estudio descriptivo, prospectivo. La población está constituida por todos los pacientes ambulatorios, cuyas muestras de orina ingresaron al servicio de bacteriología, para su cultivo, en el período comprendido entre el 01/12/2015 y el 01/12/2016. Las variables consideradas fueron: sexo, edad, resultado del cultivo, tipo de agente bacteriano, tipo de antimicrobianos a los que resultaron resistentes los uropatógenos, mecanismo de resistencia -Beta lactamasa de espectro extendido -(BLEE-) y uso de antibióticos en los últimos 15 días.
Resultados:
De 627 urocultivos analizados, 94 (15.0%) fueron positivos. De ellos, 90 (95.7%) correspondieron a mujeres y 4 (4.3%) a hombres. El 68.8% tenía entre 15 y 34 años de edad. Escherichia Coli (E.coli) fue el uropatógeno más frecuente (69.2%) seguido por Staphylococcus Saprophyticus (9.6%), Proteus spp.(5.3%), Klebsiella spp. (4.2%) y otros agentes (11.7%). El 3.2% produjo BLEE. La resistencia de E.coli fue del 55.4% para ampicilina, del 36.9% para ampicilina-sulbactam, del 18.4% para trimetoprima/sulfametoxazol y de 16.9% para fluoroquinolonas y cefazolina, mientras que para nitrofurantoína presentó una elevada sensibilidad (98.5%). El 8.5% refirió uso de antibióticos en los 15 días previos a la toma de muestra.
Conclusión:
Los porcentajes de resistencia a los antimicrobianos utilizados en infecciones urinarias de la comunidad arrojaron datos alarmantes, respecto a los disponibles en la bibliografía local. Esto obliga a reevaluar el tratamiento empírico y considerar programas de vigilancia continua para adaptar recomendaciones en guías nacionales, según datos actualizados de nuestra población. Por otro lado, es llamativo el bajo porcentaje de muestras positivas durante el año de seguimiento, lo que sugiere reforzar las indicaciones para la toma de urocultivos y el uso de una técnica adecuada.