Introducción:
El síndrome urémico hemolítico (SUH) es una entidad de comienzo agudo con anemia hemolítica no inmune, trombocitopenia y daño renal. Se presenta generalmente después de un episodio de diarrea con o sin sangre, principalmente en lactantes y niños. Es responsable del 20% de los trasplantes renales pediátricos. Puede afectar órganos como sistema nervioso central, pulmones, páncreas y corazón. En Argentina, el agente etiológico más común es la Escherichia coli productora de la toxina Shiga (STEC) cuyo serotipo más frecuente es O157:H7, aunque hay más de 100 serotipos que poseen potencial patogénico. La habilidad para causar enfermedad está relacionada con su capacidad para secretar Stx1, Stx2 y sus variantes, responsables del daño del endotelio vascular.
Objetivos:
Conocer la epidemiología local del SUH y su frecuencia en los distintos grupos etarios. Determinar el porcentaje de casos diagnosticados clínicamente y por laboratorio.
Materiales y métodos:
El estudio es restrospectivo, transversal y descriptivo. Se analizaron historias clínicas de pacientes hospitalizados con diagnóstico de SUH de los años 2020 a 2022.
Resultados:
De 28 pacientes diagnosticados clínicamente, se pudo establecer la infección en 23 de ellos. Los serotipos prevalentes fueron 48% O157, 35% O145, 4% O121 y 4% O103. Solo 2 episodios no pudieron ser clasificados. 17% fueron caracterizados por técnicas de Tamizaje Multiplex PCR, 48% lo fueron por detección de anticuerpos en suero y 35% por ambas metodologías. Solo en el 13% de las muestras se obtuvo rescate microbiológico aún con el empleo de medios selectivos, diferenciales y cromogénicos. La prevalencia fue del 89% en pacientes de 0 a 5 años y del 11% en mayores de 5 años.
Discusión / Conclusiones:
El 82% de los pacientes con diagnóstico clínico de SUH fue confirmado por pruebas de laboratorio, lo que habla de un buen criterio diagnóstico del equipo de salud. El cultivo permitió la confirmación del 11% de los casos. Las técnicas moleculares y serológicas permitieron detectar la infección por STEC cuando no hubo rescate microbiológico, aumentando la capacidad diagnóstica en un 71%. La escasa recuperación del patógeno puede deberse al tiempo transcurrido entre el inicio de la diarrea y la toma de muestra, al tratamiento antibiótico previo o a la deficiente conservación y transporte de la misma. La prevalencia es mayor en pacientes de 0 a 5 años, siendo los de 1 a 2 años los más afectados.