Introducción:
La toxoplasmosis es una de las parasitosis más frecuentes en el ser humano. En Argentina la seroprevalencia en embarazadas es variable (hasta 50% en algunas regiones). La prevalencia de toxoplasmosis congénita en América Latina es de 1/1000 recién nacidos vivos, lo que implicaría que en nuestro país nacen 6.900 niños con toxoplasmosis congénita al año.
Objetivos:
Describir las características clínicas, de laboratorio y seguimiento de niños con diagnóstico de toxoplasmosis congénita que se asistieron en el servicio de infectología en el periodo enero 2011- enero 2017.
Materiales y métodos:
Estudio retrospectivo, descriptivo y analítico. Se recolectaron los datos desde las historias clínicas de consultorio y se volcaron en una ficha confeccionada para tal fin.
Resultados:
Presentaron diagnóstico de toxoplasmosis congénita 22 niños, con una relación mujer: varón de 1,2:1. La mediana de edad a la consulta fue de 183 días (6,1 meses).
Se realizó diagnóstico de toxoplasmosis durante el embarazo en 12 pacientes. Presentaron serologías negativas 4 y no se realizaron estudios en 6. El seguimiento fue adecuado -serologías en cada trimestre- en 4 de ellas. Solo 3 recibieron tratamiento. 3/4 embarazadas seguidas con Hemaglutinación Indirecta tuvieron resultados negativos.
El 90% (N=20) de los niños nacieron a término. Ninguno nació gravemente afectado ni requirió internación en el periodo neonatal, 2 presentaron examen físico patológico al nacer (microcefalia).
En los estudios serológicos de los niños se observó IgM positiva en 6/15, IgG positiva en 21/21. En 16/22 se realizó IgG pareada madre/ hijo, 4 presentaron títulos superiores a los de la madre. En 1 paciente el diagnóstico fue por seroconversión materna en el embarazo y clínica compatible en el niño.
Se constató compromiso oftalmológico 13/21 niños (coriorretinitis y vitreítis) con compromiso de sistema nervioso central (SNC) en 63% de los pacientes (N=14). El diagnóstico de éste último fue por ecografía en 11 y tomografía axial computada (TAC) en 3. En el 36% (N=8) el compromiso fue simultáneo.
Los hallazgos ecográficos fueron: calcificaciones y perivasculitis de vasos lenticulares. En TAC fueron: calcificaciones y atrofia cortical.
Iniciaron tratamiento 19 niños, con una mediana de edad de inicio de 94 días de vida (3 meses, rango 8 a 337 días), 3 no se trataron por diagnóstico tardío. Solo 1 presentó efectos adversos al tratamiento (cristaluria reversible).
Evolucionaron con secuelas el 68% (N=15) de los pacientes: lesión ocular cicatrizal en 12, compromiso neurológico en 7 y microcefalia en 3.
Conclusiones:
En esta serie de casos se observó un alto porcentaje de embarazos con inadecuado control y seguimiento para toxoplasmosis.
HAI no constituye un método diagnostico de elección para el diagnóstico y seguimiento de la toxoplasmosis en el embarazo.
Se observó una importante demora en la detección y derivación de los pacientes pediátricos al especialista.
La IgM negativa no descartó infección congénita en los niños, tampoco los títulos menores de IgG en el niño comparado con su madre.
Un alto porcentaje de pacientes evolucionó con secuelas a pesar del tratamiento.