La peritonitis fúngica se considera una complicación frecuente de los pacientes sometidos a diálisis peritoneal (DP). Trichoderma spp., se considera un patógeno fúngico emergente, con una elevada mortalidad, aunque de baja prevalencia, según la literatura consultada.
Se trata de una paciente femenina de 38 años de edad, de raza negra, con un diagnóstico previo de nefropatía lúpica sometida a DP desde hace 4 años. La paciente fue hospitalizada con diagnóstico de peritonitis asociada a DP, sin documentación microbiológica, por lo que se decidió inicio de tratamiento antibiótico empírico por 14 días. Por persistencia de los signos y síntomas de infección, se decide realizar búsqueda etiológica a partir del citoquímico de control, donde se evidenció la presencia de hifas septadas hialinas, mediante microscopía directa, realizándose cultivos microbiológicos a partir del líquido peritoneal, seguido del retiro de catéter peritoneal. Al recibir el reporte del aislamiento a partir de cultivo, de un hongo micelial hialino, se decidió el inicio de tratamiento antifúngico con Anfotericina B liposomal (AmB-L) (dosis estándar), por 20 días. Posteriormente, se informa la identificación morfológica de Trichoderma longibrachiatum (mediante sistema MALDI TOF DS), confirmada por prueba molecular (mediante secuenciación genes de ARN ribosomal, regiones variables ITS y TEF1).
Ante la alta mortalidad asociada al agente etiológico reportada en la literatura, se continua con un tratamiento antifúngico combinado con voriconazol (VCZ) (dosis estándar) y caspofungina (CAS) (dosis estándar), y se ordena pruebas de sensibilidad antifúngica mediante método de referencia (CLSI- M38) la que reporta: CMI AmB: 2 µg/ml; anidulafungina (ANF): <0,03 µg/ml; CAS: 0,12 µg/ml; VCZ:0,50 µg/ml; isavuconazol (ISZ) 0,50 µg/ml; itraconazol (ITZ): >8 µg/ml y posaconazol (PZC) >8 µg/ml.
Con estos resultados y de acuerdo a la evolución de la paciente, se suspende el tratamiento con CAS, y se continua monoterapia con VCZ (vía oral) hasta completar 12 semanas, logrando éxito terapéutico que permite sobrevida de la paciente, posteriormente se confirma con laparoscopia cavidad peritoneal sana sin fibrosis ni signos de infección, este salvamento de la cavidad peritoneal permitió el reimplante de catéter peritoneal, continuando el protocolo de manejo de su enfermedad de base, suspendiéndose la hemodiálisis y mejorando su calidad de vida.