En el marco de IAS 2019 nos encontramos con un montón de personas que hace años trabajan para dar respuesta al VIH desde y para América Latina. Hoy, te presentamos a Brenda Crabtree, de México.
Ella es infectóloga egresada del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán e Investigadora en la Clínica de VIH del Departamento de Infectología. Además, es miembro de la IAS desde 2009 a la fecha. Conoce su historia.
¿Por qué elegiste dedicarte al VIH?
Yo creo que el VIH me eligió a mí. En 2005 me gané en Medicina interna una beca para una estancia fuera unos meses y por azares del destino llegué a la Clínica Bonaventura Clotet y me encantó. Me encantó el tipo de pacientes, me encantó el movimiento social alrededor del VIH, me encantó la ciencia alrededor del VIH, el entusiasmo de las personas del Clotet y de su equipo. Me enamoró. Yo ya estaba aceptada para enfermedades infecciosas, y el día que llegué a la subespecialidad pregunté quién era la persona que se dedica al VIH, me dijeron Juan Sierra y entré a su oficina, y le dije “Hola yo soy Brenda, estuve con Clotet y me quiero dedicar al VIH”. Y así fue.
¿Por qué elegiste hacer ciencia en tu país?
Porque precisamente las personas que más me han motivado y admiro más en el tema del VIH no sólo son clínicos. Creo que los clínicos son los que verdaderamente tienen las preguntas relevantes para los pacientes. Estás viendo pacientes y ves las necesidades y dónde está el nicho o la brecha donde se necesita contestar una pregunta fundamental para ellos, y entonces es un buen complemento. Estoy en un hospital que se dedica y tiene prioridad para la investigación, y todo eso me llevó a que yo tomara ese camino.
¿Cuál sientes que es tu mayor aporte a los estudios de VIH?
Toda la investigación que yo hago son estudios observacionales, y estoy en muchas colaboraciones internacionales. Creo que es una de las fortalezas, por los pocos datos que se conocen. En 2011, en un trabajo que llevé yo en colaboración con muchísima gente en Latinoamérica, describimos el número de CD4 a partir del cual las personas que viven con VIH empiezan el tratamiento, y esto fue tomado de referencia para datos de la Organización Panamericana de la Salud y muchos otros. Creo que fue un punto de partida del que se han desprendido muchos estudios donde se han descrito lo que sucede en Latinoamérica. Otra de las cosas en las que creo que he aportado es que soy profesora del único diplomado en VIH que hay en México, y me parece que mi postura siempre ha motivado a los residentes de infectología a dedicarse al VIH y a la investigación en VIH. La formación de recursos humanos y la motivación, como a mí me motivaron en esas circunstancias, ha sido uno de mis mayores aportes al país.
¿Cuál es tu deseo al futuro?
Deseo que se tenga mucha más conciencia en este país de la importancia de la inversión en ciencia. Los científicos, los académicos y los médicos en general estamos mal pagados, y no es sólo eso sino también la inversión que se da. Las oportunidades de obtener grants en ciencia acá en México son muy difíciles, normalmente nosotros vivimos de colaboraciones internacionales. Deseo que haya mucha más conciencia sobre la importancia de la ciencia en el bienestar de un país, en la salud de un país. Creo que también desearía que en México la implementación no fuera tan difícil y que los que somos expertos, no sólo en VIH sino en todas áreas, tuviéramos mucho más injerencia en la toma de decisiones de políticas en salud que sabemos que han beneficiado en otros países. Creo que eso es lo que yo desearía. Falta seguir hablando del VIH, de la salud sexual, y mayor educación sexual. Hay que voltear a ver a las mujeres que viven con VIH en México, que están tan desfavorecidas en comparación con los hombres que viven con VIH. Y desde luego, quisiera que hubiera PrEP gratuito para todos los que lo necesitan.