Para llegar a que el 90% de las personas con VIH conozcan su serología, es necesario eliminar las inequidades respecto a los determinantes sociales que afectan a las poblaciones más vulnerables y reducir el estigma y la discriminación que son los motores que siguen impulsando la epidemia. El único camino, como ha sido señalado insistentemente durante esta Conferencia, es diseñar las estrategias junto a los grupos más afectados, desde el principio hasta el final, evaluando cada paso del proceso, además de los resultados.
Todo ello requiere, además, un renovado esfuerzo de creatividad e innovación para acercar el test a los lugares y personas más alejadas y/o reacias a acercarse a las instituciones tradicionales. El testeo rápido viene siendo una herramienta útil, no sólo por la inmediatez del resultado, sino también por la facilidad para trasladarlo y manipularlo. Pero no parece ser suficiente, ya que la brecha de quienes viven con el virus y no lo saben sigue siendo alta, sobre todo en las poblaciones trans, de hombres que tienen sexo con hombres, trabajadores sexuales y usuarios de drogas. En ese sentido, fueron muchas las propuestas en esta Conferencia. Entre ellas, destacamos tres.
La primera fue la presentación de los kit para auto-test con muestras de saliva que han demostrado tener una alta aceptabilidad en varios estudios en diferentes países, como Zambia, China y Zimbawe. Se trata de una prueba rápida (el resultado está entre 20 y 40 minutos) que no requiere enviar una muestra a un laboratorio para su análisis. En algunos modelos, el kit puede solicitarse por correo a través de internet. En otros, se propone que la distribución se realice a través de las instituciones de salud comunitaria.
Las ventajas descritas en las investigaciones refieren un alto número de personas que accedían al test de esta forma por primera vez, con un alto porcentaje de confirmación y enlace con el sistema de cuidado, en los casos en los que el test resultó positivo. Los estudios demostraron que los eventos adversos (por ejemplo, la posibilidad de que la persona tenga ideas suicidas, o que oblige a su pareja a realizarse el test o la violencia con la pareja ante los resultados) fueron muy poco frecuentes. En todos los estudios se destacó la necesidad de proporcionar consejería escrita dentro del kit y algunos estudios incluso generan contactos vía skype para acompañar a la persona en el proceso de testeo y seguimiento para la confirmación.
La segunda estrategia, estudiada en Sudáfrica, consistió en capacitar en consejería pre y post test a casi 15.000 personas con VIH para que pudieran ofrecer realizarse el test a 5 personas de su entorno íntimo. Lograron así que más de 60.000 personas se testearan, promoviendo después la inclusión en el sistema de salud a quienes tuvieron resultados positivos. La gran ventaja de esta estrategia se relaciona con proporcionar un ambiente seguro y confortable, que además ayuda al develamiento intra-familiar y el posterior apoyo para sostener los tratamientos.
La tercera propuesta fue una experiencia realizada en comunidades rurales de Zimbawe, con el objetivo de estudiar si el ofrecimiento de incentivos favorece que el testeo conjunto de parejas. Se busca encarar el desafío que implica, para una persona VIH positiva, poder visibilizar su status y encontrar apoyo en su pareja, además de disminuir las posibilidades de infección para el miembro negativo y/o de reinfección para ambos. A través de grupos focales previos a la intervención, se eligieron los incentivos apropiados para estas comunidades, que señalaron que no debían ser monetarios sino insumos útiles para el hogar (aceite de cocina, jabón para lavar, etc). Los resultados muestran un aumento significativo de testeo conjunto en la rama que proporcionaba incentivos, además de un mayor número de serologías positivas. En las llamadas telefónicas de seguimiento que se realizaron, sólo un 2% manifestó arrepentimiento por haberse testeado junto a su pareja, mientras que la mayoría planteó que la propuesta les había dado la posibilidad de conversar sobre el VIH intra-familiarmente y en la comunidad, además de lograr mayor apoyo posterior.
Fuentes:
Acceptability and preferences for HIV self-testing in Zambia: a population-based formative study using a discrete choice experiment. Arianna Zanolini, American Institutes for Research, Zambia.
Benefits and adverse outcomes of HIV self-testing among high-risk MSM in China: an implementation perspective. Yilu Qin, UNC Project China, China.
“Not without us…”: views on the introduction of HIV self-testing among health care workers providing integrated HIV and sexual and reproductive health services. Claudius Madanhire, Centre for Sexual Health and HIV AIDS Research, Zimbabwe.
Index client trailing: a home-based HIV counselling and testing strategy to identify and link people living with HIV to treatment. Eula Mothibi, Kheth’Impilo, South Africa
Results of a cluster-randomised trial of non-financial incentives to increase uptake of couples counselling and testing among clients attending PSI mobile HIV services in rural Zimbabwe. Euphemia Lindelwe Sibanda, Centre for Sexual Health and HIV AIDS Research, Zimbabwe.