La eficacia del test rápido como herramienta diagnóstica no es discutida por nadie, pues ya ha sido sobradamente probada su eficacia y especificidad. El desafío consiste en elaborar estrategias para implementarlo que logren llegar a las poblaciones escondidas y con ello disminuir la tasa de diagnóstico tardío, que en Argentina sigue siendo de alrededor del 30%. Por ello, propusimos que en el Simposio hubiera una mesa donde debatir y conocer experiencias innovadoras que hubieran utilizado el test rápido. La coordinación de la mesa estuvo a cargo de Belén Bouzas, quien desde su rol de Jefa de Análisis Clínicos del Hospital Muñiz y colaboradora en al generación de las guías de testeo rápido, hizo un llamado de atención sobre la necesidad de medir los indicadores de impacto de las estrategias para asegurar la calidad de las mismas.
Siguiendo esta línea de reflexión, Alberto Stella, Director de ONUSIDA para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay, analizó las cifras de la epidemiología mundial y regional, concluyendo que la prevención primaria sigue siendo una deuda pendiente, que no debe relajarse por el hecho de que el tratamiento sea una herramienta de prevención. También señaló tres líneas indispensables para lograr la meta del 90-90-90. La primera, vinculada a la descentralización del testeo en el sistema de atención primaria, que actualmente es sólo del 5% a nivel mundial, deberá expandirse hasta el 30%. La segunda, referida al enfoque intercultural de salud es la herramienta necesaria para acercar la prevención de manera respetuosa con las cosmovisiones de cada comunidad. Y la tercera, que proclamanba incluir la esfera de la subjetividad para entender qué lleva a una persona a tomar la decisión de testearse y sostener su cuidado, teniendo en cuenta que primero debe tener opciones, después decidir y después elegir.
Con este marco, se presentaron varias experiencias de testeo en contextos dispares y con población diversa:
Claudia Frola, médica infectóloga de Fundación Huésped y del Hospital Fernández, comentó el trabajo realizado junto con ATTTA para acercar el test rápido a hoteles alojamiento en los que viven comunitariamente mujeres trans, que mayoritariamente realizan trabajo sexual. El testeo ha sido bien acogido, pero resulta muy difícil sostener el seguimiento en el sistema de salud para quienes son positivas. Es todavía un desafío que la oferta del testeo garantice el enganche con el cuidado posterior para sostener el tratamiento.
Mirta Esquivel, Coordinadora del Consultorio de Diversidad de la Municipalidad de General San Martín y del programa de reducción de daños con usuarios de drogas, a los que se les acerca el test rápido en los territorios en los que habitan y consumen. Encontraron una alta aceptabilidad del testeo entre los usuarios y lograron construir un circuito estable y facilitado para el seguimiento del tratamiento.
Por último, Fabián Portnoy, responsable de la Coordinación de Salud Sexual, Sida y ITS del Gobierno de la Ciudad, presentó la experiencia de expansión del testeo realizada por el programa, tanto en centros de salud, organizaciones sociales como en vía pública. Lograron llegar a una de las poblaciones más difíciles de alcanzar, como son los varones heterosexuales.
A lo largo de las presentaciones, quedó planteada la importancia de generar la estrategia a partir de los datos epidemiológicos, de modo que pueda establecerse con eficacia las zonas y poblaciones prioritarias. También se destacó la necesidad de medir los indicadores de seguimiento, pues sería un error fortlacer la meta de tener a más población diagnosticada si después no queda linkeada al sistema de salud.