La discusión sobre la “Global Gag Rule” -o regla de mordaza global de Estados Unidos- estuvo presente en la Conferencia, ya que la misma afecta los esfuerzos desarrollados en diferentes países en la respuesta a la epidemia de VIH.
Esta política no es nueva, pero fue reinstalada por el gobierno de Donald Trump el año pasado, e impide la ayuda de Estados Unidos a organizaciones que ofrecen información o servicios vinculados al aborto, lo que limita el ejercicio de derechos de muchísimas personas alrededor del mundo.
La extensión de esta política afecta a casi todas las iniciativas de apoyo, incluyendo el Plan Presidencial para la asistencia para el Sida (PEPFAR), motivo por el cual este tema tuvo una gran presencia durante la Conferencia (en presentación oral de posters por ejemplo), y motiva en parte los reclamos para que la próxima edición no se realice en Estados Unidos, como está previsto.
Anton Pozniak, presidente electo de la Sociedad Internacional de Sida, expresó que la Global Gag Rule puede hacer retroceder los progresos alcanzados en VIH, e indicó que “la evidencia es clara: necesitamos mejor integración de servicios de salud sexual y reproductiva y VIH, no políticas que dificultan que las personas accedan al cuidado de su salud”.
La comunidad que conformamos quienes trabajamos en prevención y atención en VIH/sida hemos aprendido que la integración de servicios es clave y que los abordajes integrales no solo favorecen el cuidado de la salud, sino que implican la optimización del uso de los recursos disponibles.
Esta política implica un recorte en los fondos, pero también va contra la evidencia disponible sobre el valor de la integración de servicios. En relación a las luchas por el acceso al aborto legal y seguro, las organizaciones sociales se enfrentan al desafío de buscar formas innovadoras de articular y obtener fondos para alcanzar sus objetivos. Este punto fue abordado en un taller que buscó brindar herramientas e ideas a los activistas.
Es difícil pensar cómo lograr la prevención del aborto cuando se ve afectada la garantía del acceso a educación y los anticonceptivos, incluyendo obviamente el preservativo que, como la evidencia científica afirma, es el mejor método para prevenir los embarazos no intencionales y las infecciones de transmisión sexual, incluyendo el VIH.
Se expuso también en una sesión satélite que dentro de este movimiento regresivo en el respeto de la autonomía de las personas para decidir, se enmarcan los discursos que hacen énfasis en la abstinencia y la fidelidad como los medios para prevenir ITS y embarazos, que han resurgido en todo el mundo y hacia los que el apoyo y los fondos se han redirigido.
Solo garantizando el acceso a información basada en la evidencia, a la educación y a servicios integrales de calidad lograremos avanzar en la respuesta al VIH que no es independiente de las demás luchas por los derechos de las mujeres, las personas LGBTIQ+, las trabajadores sexuales y otras poblaciones clave.
Los intentos por frenar los avances en la conquista de derechos y el acercamiento de la salud a la población, se seguirán encontrando con la resistencia y acciones activas de la sociedad civil organizada.