Citomegalovirus (CMV): La mayoría de las personas con VIH tienen CMV evidenciado por una mayor seroprevalencia y un mayor shedding viral. La infección avanzada por VIH puede manifestarse con cuadros relacionados a CMV, como retinitis o colitis. La infección crónica por CMV juega un rol en la inmuno activación y podría relacionarse con la presencia de distintas enfermedades no comunicables, como enfermedad cardiovascular o metabólica. A la fecha se cuentan con pocos antivirales contra el CMV, eficientes para el tratamiento de las infecciones clínicamente significativas, pero no hay evidencia que sean útiles para el tratamiento de reactivaciones subclínicas silentes. Hay nuevos antivirales y vacunas en estudio y estudiar si el tratamiento supresivo podría reducir la inflamación crónica.
Virus de papiloma humano (VPH): La infección crónica por VPH se asoció a múltiples cánceres, siendo el VPH-16 el más carcinogénico. El 5% de los cánceres se relacionan a este virus, y el 85% de estos, son cánceres de cuello uterino. Actualmente existen herramientas de prevención primaria (vacuna) y secundaria (tamizaje y tratamiento de lesiones pre malignas). La vacuna constituye la principal herramienta de prevención primaria. En 2022, la Organización Mundial de la Salud (OMS) actualizó la recomendación de vacunación a 1 ó 2 dosis para las personas entre 9 y 20 años y 2 dosis a partir de los 21 años, manteniendo el esquema de 3 dosis para las personas con inmunocompromiso. Existen distintas herramientas para tamizaje: las pruebas moleculares, citología, inspección visual y, actualmente, se cuentan con herramientas de inteligencia artificial. En el 2021, la Organización Mundial de la Salud recomendó el uso de pruebas moleculares como herramienta de tamizaje aunque aún hay barreras para su implementación, en especial en países de medianos y bajos recursos. Existen distintas estrategias de tratamiento de lesiones pre malignas, con tratamientos tópicos y ablativos, con alta tasa de recurrencia en las mujeres con VIH. La principal brecha actualmente se encuentra en encontrar las estrategias adecuadas de implementación para llegar a las personas que más necesitan prevención de enfermedades asociadas a VPH.
Virus de herpes simple: Es una infección muy frecuente. Al momento, no hay intervenciones efectivas para prevenir el herpes simple. Las principales preocupaciones son las lesiones y la posibilidad de transmitir a las parejas. Las opciones disponibles, como el tratamiento supresivo y el uso de condones tienen un 50% de eficacia. Se suma la dificultad del diagnóstico, ya que los métodos comerciales no son buenas pruebas. Se están estudiando vacunas terapéuticas y podría ser un buen candidato para terapia génica. Los antivirales más habituales, como el aciclovir o valaciclovir, son seguros y sirven para el tratamiento de los episodios, pero tienen un beneficio marginal para disminuir las recurrencias. Quedan muchos desafíos por seguir investigando en este virus.