Con el apoyo de UNITAID, Brasil, México y Perú están desarrollando un proyecto de implementación de PREP que busca llegar a las poblaciones de hombres que tienen sexo con hombres (HSH) y mujeres transgénero para recopilar evidencia que permita diseñar políticas públicas basadas en la evidencia. La experiencia brasilera y peruana tenían como antecedentes estudios previos que posibilitaron recoger datos interesantes para ajustar el proyecto actual.
En los tres países, la construcción de coaliciones interinstitucionales, la generación del marco regulatorio, el compromiso de las comunidades afectadas y la preparación de los sistemas de salud han sido los principales desafíos en esta primera etapa de preparación para la implementación.
Se enrolará a 7500 personas con quienes se desarrollarán estudios cuanti cualitativos, epidemiológicos y económicos que involucran tanto a la comunidad afectada como al personal de salud y a los tomadores de decisiones, de modo que la estrategia de prevención combinada que incluye la oferta de PREP, sea integral y sustentable.
Antes de comenzar cualquier experiencia, es fundamental el trabajo con los empleados, desde el personal de seguridad, información, recepción, hasta todos los agentes de salud involucrados en la atención. La rotación frecuente del personal obliga a que este proceso de capacitación y sensibilización se tenga que pensar de manera continua. La colaboración de las ong en esta tarea es clave. En Brasil este tipo de formación continua comenzó en 2007 y en la actualidad sienten que, a pesar de la lentitud, se están viendo progresos y beneficios en cuanto a la calidad del servicio que se presta. Uno de los desafíos mencionados por los tres países, es comprometer al personal de salud de las clínicas acostumbradas a la atención de personas con VIH, que presentan serias resistencias para ampliar el servicio a la prevención. A veces esta resistencia se debe a que el proyecto no propone ingresos extras para los agentes de salud que se involucran. Esto es así porque el estudio busca probar la factibilidad de la implementación dentro del circuito local de atención, y proponer ingresos por fuera del salario común por la atención a quienes solicitan PREP contaminaría los datos. Por otro lado, en la mayoría de los establecimientos de salud el personal mayoritario son enfermeras o parteras, por lo que es con estas profesionales con quienes hay que realizar los mayores esfuerzos de capacitación y compromiso.
Otra dificultad estructural es la frecuente variación de las autoridades que necesariamente tienen que estar implicadas en la estrategia. Contar con la voluntad política es imprescindible, y en las ocasiones en que las autoridades cambian, es necesario comenzar las presentaciones del proyecto de nuevo para asegurar su participación plena.
Que las comunidades afectadas estén involucradas en la generación de demanda es un punto importante. La información recogida hasta ahora señala que es preciso generar estudios específicos de las posibles interacciones de PREP con hormonización, ya que es una duda frecuente de las mujeres transgénero que, sin una respuesta clara, les aleja de la posibilidad de involucrarse en el estudio.
Los referentes de cada país se muestran entusiasmados con la fase de preparación del proyecto y la fortaleza encontrada en la comunidad para poder lograr los objetivos propuestos, que irán teniendo datos para compartir en las próximas citas globales de la comunidad científica.