Presentamos un resumen de diferentes presentaciones orales sobre infecciones de transmisión sexual realizada en #AIDS2024:
- Se presentó un estudio que evaluó la efectividad de diferentes estrategias de tamizaje de cáncer anal en personas con VIH considerando el uso aislado o distintas combinaciones de citología anal y detección de VPH de alto riesgo para detección de lesiones anales de alto grado. El estudio se hizo en 1620 personas con VIH, con una mediana de edad de 45 años, con una prevalencia de 42% de lesiones anales de alto grado. La combinación de la citología con la detección de VPH de alto riesgo resultó la más efectiva por su capacidad de detectar lesiones y por permitir seleccionar mejor a quienes necesitan una anoscopía de alta resolución. En los próximos años, se va a necesitar expandir el tamizaje de cáncer anal y se necesitarán buscar estrategias que permitan optimizar el uso de recursos.
- Un trabajo de VPH en pene realizado en Argentina mostró una prevalencia de 31% de VPH de alto riesgo en 289 hombres que tienen sexo con hombres y mujeres transgénero con y sin VIH, reforzando el rol del pene como reservorio de VPH para otras localizaciones con mayor carga de enfermedad por cáncer. El 62% de las muestras contenían al menos un genotipo prevenible por la vacuna nonavalente contra VPH. En los participantes que tenían además muestras anales y orales, se detectó VPH de alto riesgo en 79% y 20% de las muestras respectivamente.
- Se evaluó el rol de una PCR para Treponema pallidum como herramienta diagnóstica y predictora de respuesta a tratamiento para sífilis así como para evaluar mutaciones de resistencia a macrólidos. Si bien mostró una alta especificidad para infecciones tempranas, tuvo correlato con los títulos de VDRL y la respuesta serológica.
- En participantes recibiendo terapia dual con dolutegravir y lamivudina en contexto de distintos estudios clínicos tanto en personas vírgenes de tratamiento como en quienes cambiaron con carga viral no detectable, se realizó un análisis con las personas que tenían un anticore aislado sin infección activa por hepatitis B al ingreso, demostrándose tasas comparables de supresión virológica comparado con regímenes de 3 o 4 drogas y sin ningún reporte de reactivación de la hepatitis B.