Frente a las guías actuales de la Organización Mundial de la Salud (OMS) donde recomienda el inicio de tratamiento antirretroviral con la combinación de dolutegravir, tenofovir y lamivudina o emtricitabina, se discutió sobre la necesidad del monitoreo de resistencia a dolutegravir.
- Los esquemas basados en inhibidores de la integrasa se han demostrado mejores o comparables a los no nucleósidos/ nucleótidos así como a inhibidores de proteasa, en múltiples estudios clínicos en relación a supresión virológica, recuperación de CD4, discontinuación de tratamiento, mortalidad y, progresión a SIDA. Esto se demostró también en casos de coinfección con tuberculosis, en embarazadas y en niños y adolescentes.
- La OMS plantea actualmente la primera línea con DTG TDF y FTC o 3TC y la segunda línea como DRV/r TDF 3TC, por lo cual, desde un punto de vista de salud pública, no se necesita realizar test de resistencia frente al fallo virológico.
- En los casos de fallo, se destacó la importancia de evaluar la adherencia ya que es la causa de la gran mayoría de los fallos y que revierte una vez que mejora la adherencia. Los fallos reales son escasos.
- El soporte de adherencia debería ser multidisciplinario, incluyendo por ejemplo, educadores pares. Se plantea el uso de métodos de medición de antirretrovirales en orina para determinar en forma objetiva la adherencia.
- Se reconoce que muchos médicos tienen más seguridad al tener un resultado del test de resistencia. Sin embargo, hay que considerar el uso de recursos, la disponibilidad de pruebas de resistencia para inhibidores de integrasa y los tiempos que demoran en tener resultados disponibles.
- La resistencia a dolutegravir es un problema que irá creciendo de a poco, para lo cual es fundamental un programa de vigilancia que permita evaluar cada 2 ó 3 años la emergencia de resistencia a DTG. Sin embargo, muchos países no tienen las herramientas para hacerlo.