Sudáfrica tiene el mayor programa de VIH del mundo. Brinda atención al 85% de la población bajo tratamiento, que son 3.5 millones de los 7 millones que viven con VIH en el país. Este es, entre otros, uno de los grandes logros mostrados por este increíble país anfitrión de la Conferencia Mundial de Sida.
El encuentro se celebra en el Centro Internacional de Convenciones (ICC, por sus siglas en inglés) de Durban, situado en pleno centro de la ciudad. En esa zona viven y duermen unas 2000 personas en situación de calle y deambulan otras 2000 que a la noche acuden a alguno de los refugios privados que tiene la ciudad (no hay ninguno público) y que cuestan entre 2 y 4 dólares por noche.
A pocas cuadras del ICC se encuentra el Centro Denis Hurley, un moderno edificio recientemente construido en memoria del que fuera Arzobispo de Durban durante 45 años, enérgico luchador contra el apartheid, el sistema de segregación racial en Sudáfrica y Namibia (entonces parte de Sudáfrica) que estuvo en vigor hasta 1992. El Centro brinda servicios gratuitos de salud, comida, higiene, lavadero y oficios a unas 500 personas al día, mayoritariamente refugiados y personas en situación de calle. No exigen ningún tipo de requisito para acceder a los servicios: ni DNI, ni siquiera el nombre, si es que la persona prefiere mantener su anonimato. El Centro también funciona como base de un Comité de Personas en Situación de Calle, organizado para la defensa de sus derechos frente a la municipalidad y otros organismos.
Las semanas previas a la Conferencia Mundial, la policía expulsó a muchas de estas personas de los alrededores del ICC. A muchos les sacaron sus pertenencias, entre las que se contaban, en algunos casos, su medicación antirretroviral. Es por ello que el Director del Centro daba cuenta de la paradoja: el evento que reúne a los líderes mundiales para discutir la forma de garantizar la atención y el tratamiento para las personas con VIH, las deja sin ella.
Como complemento a la atención primaria de la salud, el Centro Denis Hurley ofrece testeo rápido de VIH y, en caso de que sea positivo, conteo de CD4, ya que éste es un requisito solicitado por el Programa Público de VIH de Sudáfrica para acceder al tratamiento. Con este circuito logran que, una vez conocido el resultado positivo, la persona pueda acceder a la medicación que provee el Estado en 48 horas, muy cerca del “testear y tratar” del que tanto escuchamos hablar.
Una de las particularidades de Durban es su diversidad de culturas, cuyo reflejo en las creencias religiosas es importante. Un ejemplo sorprendente es el cementerio más antiguo de la ciudad, que se encuentra a media cuadra del Centro Denis Hurley, en donde brindan servicios cristianos, judíos, musulmanes e hindús, logrando que la convivencia se de tanto en la vida como en la muerte. El mismo Centro es un ejemplo de ello, ya que, siendo un centro católico, la cocina es halal, ya que cuentan tanto con voluntarios como beneficiarios musulmanes. Su experiencia abierta e inclusiva nos recuerda, una vez más, el lema de no dejar a nadie afuera. Es la única forma de lograr, entre otros, el objetivos de poner fin de la epidemia de VIH.