Los estudios sobre las consecuencias del COVID-19 siguen dando información y en algunos casos traen novedades desalentadoras.
Un de ellos, realizado en el King’s College London, de Reino Unido, indica que se detectaron déficits cognitivos posteriores a la infección por SARS-CoV-2 casi dos años después de la infección, y que estos fueron más importantes en las personas que tuvieron COVID-19 con síntomas de mayor duración, síntomas continuos y/o infección más grave. A su vez, no se detectaron déficits en personas que manifestaron haberse recuperado totalmente de COVID-19. Por ello, los autores sugieren que se necesita más trabajo para monitorear y desarrollar la comprensión de los mecanismos de recuperación para aquellos con síntomas continuos y que sienten la llamada “niebla mental” o “niebla cerebral”.
El estudio, que fue publicado en eClinicalMedicine, indagó en 1765 personas y halló que tras dos años de la fase aguda de COVID-19 algunos pacientes con síntomas persistentes y que no sentían que se habían recuperado por completo presentaban un déficit cognitivo (memoria de trabajo, atención, razonamiento y control motor) comparable con 10 años más de diferencia en la edad.