Un caso descrito como “enigma inmunológico” relata la recuperación favorable de un paciente búlgaro de 34 años, con VIH desde 2007, hepatitis C, tuberculosis no tratada y bajo cumplimiento del tratamiento antirretroviral, tras contraer COVID-19. A pesar de su sistema inmune comprometido y un cuadro clínico complejo (caquexia, candidiasis orofaríngea, y neumonía), el paciente respondió bien al tratamiento, que incluyó antibióticos, antifúngicos, heparina y terapia antituberculosa, además de terapia antirretroviral reanudada tras dos semanas. Fue dado de alta en buenas condiciones y sin complicaciones respiratorias.
Los médicos, que publicaron el caso en la revista Cureus, sugieren que el resultado positivo podría deberse a factores como diagnóstico y tratamiento oportunos, una respuesta inmunitaria adecuada, interacciones farmacológicas o incluso algún efecto protector de la tuberculosis o la vacuna con el bacilo de Calmette-Guérin.