Fatiga, dificultad para respirar, fiebre, dolores de cabeza, trastornos del sueño y “niebla mental” o deterioro cognitivo son los principales síntomas que las personas con COVID largo manifiestan sentir. Para indagar más en esta condición, un equipo de investigadores de los National Institutes of Health (NIH) de Estados Unidos estudió exhaustivamente a 12 personas con síntomas persistentes luego del Sars-CoV-2 y descubrió que tenían diferencias en sus perfiles de células inmunitarias y disfunción autonómica.
En el estudio, publicado en Neurology – Neuroimmunology & Neuroinflammation, se realizaron pruebas integrales a las personas participantes (examen clínico, cuestionarios, imágenes cerebrales avanzadas, pruebas de sangre y líquido cefalorraquídeo, y pruebas de función autónoma). Los resultados mostraron que las personas con COVID largo tenían niveles más bajos de células T CD4+ y CD8+ en comparación con los controles sanos. También se hallaron aumentos en la cantidad de células B y otros tipos de células inmunitarias, lo que sugiere que la desregulación inmunitaria puede desempeñar un papel en la mediación del COVID largo.