A lo largo de su evolución, los murciélagos han adquirido características notables. Una de ellas es vivir más tiempo que otros animales de su tamaño. La más destacada es que poseen un sistema inmunológico robusto, que los protege de virus que causan estragos en los humanos, como el COVID-19 o el Ébola, y los mantiene relativamente libres de cáncer.
Según un estudio publicado en Genome Biology and Evolution, la respuesta está en los genes. A esa conclusión llegaron los investigadores luego de secuenciar los genomas del murciélago frugívoro de Jamaica y el murciélago bigotudo mesoamericano. Tras comparar estas secuencias con las de otros mamíferos, humanos incluidos, descubrieron que la rápida evolución simplificó los genomas de los murciélagos para defenderlos contra algunas infecciones y el cáncer. Esta diferencia en el sistema inmunológico podría estar involucrada tanto en el envejecimiento como en la respuesta al cáncer.
En detalle, hallaron un cambio desconocido en los niveles de dos genes codificadores de proteínas inflamatorias interferón-alfa y -omega. Scheben, uno de los investigadores, explica que los murciélagos han reducido la alarma del sistema inmunológico al eliminar genes que producen interferón-alfa, lo que podría ser responsable de su alta tolerancia a los virus y de prevenir respuestas inmunitarias excesivas que dañan el tejido sano, una de las razones por las que las infecciones son tan perjudiciales para los humanos.
Además, descubrieron que en comparación con otros mamíferos, los genomas de los murciélagos tienen más cambios en genes relacionados con el cáncer, incluyendo seis que reparan el ADN y 46 que suprimen los tumores.