La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que una nueva clase de medicamentos para la pérdida de peso, desarrollados por Novo Nordisk y Eli Lilly, podría “abrir la posibilidad de poner fin a la pandemia de obesidad” junto con otras intervenciones.
Sin embargo, la agencia advirtió que si los sistemas de salud no se preparan adecuadamente, estos fármacos podrían distorsionar la respuesta a la crisis global de obesidad, dejando atrás a algunas personas y eclipsando otras medidas para mejorar la salud. Según el jefe científico de la OMS, Jeremy Farrar, el director de nutrición, Francesco Branca, y su asesora principal, Francesca Celleti, los nuevos medicamentos “tienen el potencial de ser transformadores”, tal como mencionaron en un artículo de opinión publicado en el Journal of the American Medical Association (JAMA). Este artículo representa el comentario más claro de la OMS hasta la fecha sobre el potencial de estos medicamentos, conocidos como agonistas del receptor GLP-1.
Los expertos advirtieron que “la medicación por sí sola no será suficiente para abordar la crisis de obesidad” y llamaron a que esta innovación impulse a médicos, gobiernos, la industria farmacéutica y al público a considerar la obesidad como una enfermedad crónica que requiere más estudios para prevenirla y tratarla de manera efectiva. Más de mil millones de personas en el mundo tienen obesidad, y en 2019 se registraron 5 millones de muertes relacionadas con esta condición, según la OMS. La obesidad está aumentando en casi todas partes del mundo.
El artículo reconoce que, aunque existe buena evidencia sobre la efectividad de políticas que promueven dietas saludables y actividad física regular, “es momento de reconocer que… (estas) hasta ahora no han logrado tratar la obesidad”. La combinación de estas políticas con los nuevos medicamentos podría cambiar esa situación, pero los autores también expresaron preocupación por la forma en que se están implementando los tratamientos.
Indicaron que los modelos que intervienen solo cuando las personas tienen obesidad severa o enfermedades relacionadas deben ser reemplazados por enfoques que consideren la obesidad como una enfermedad crónica que requiere una respuesta social, de salud pública y clínica. Además, señalaron que los medicamentos deben ser más accesibles, asequibles y distribuidos a mayor escala para abordar la crisis de obesidad en países de bajos ingresos, así como en los países más ricos.
La OMS está elaborando directrices sobre cómo usar estos medicamentos en adultos, incluidas recomendaciones para países de ingresos bajos y medios, que se publicarán en julio de 2025.
Si bien en 2023, la OMS decidió no incluir los fármacos GLP-1 en su lista de medicamentos esenciales, se ha presentado una nueva solicitud para que la agencia reconsidere su inclusión en la actualización de 2025.