La introducción de un “impuesto al azúcar” en la industria de los refrescos en Reino Unido en 2018 logró, en su primer año, reducciones significativas en la ingesta diaria de azúcares libres: 5 gramos (-10%) en niños y 11 gramos (-20%) en adultos, según un análisis de once años de datos de la Encuesta Nacional de Dieta y Nutrición británica, publicado en el Journal of Epidemiology & Community Health. Aproximadamente la mitad de esta disminución se atribuye a un menor consumo de refrescos, mientras que el resto se debe a cambios positivos en la dieta general.