La Organización Panamericana de la Salud (OPS) advirtió que el riesgo de salud pública por fiebre amarilla sigue siendo alto en las Américas debido al aumento de casos humanos en países endémicos. En lo que va de 2025, se han confirmado 221 casos y 89 muertes, más de ocho veces los casos registrados en el mismo período de 2024, cuando se reportaron 61 casos en todo el año.
Los casos actuales se distribuyen en Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador y Perú, y preocupa que algunos brotes se estén dando fuera de las zonas amazónicas, como en São Paulo (Brasil) y Tolima (Colombia), lo que eleva el riesgo de transmisión urbana.
La mayoría de los infectados no estaban vacunados, reflejo de la baja cobertura que, antes de la pandemia, ya era insuficiente en muchos países y que empeoró entre 2020 y 2023. Aunque la capacidad de vacunación ha mejorado, el suministro mundial limitado de vacunas sigue siendo un obstáculo para cubrir la demanda en América y África.
La OPS pide reforzar la vigilancia epidemiológica, aumentar la vacunación en poblaciones en riesgo y fortalecer la comunicación para proteger a las comunidades afectadas y a los viajeros hacia zonas con recomendación de inmunización.