La sepsis, responsable de una quinta parte de las muertes mundiales, podría tener un efecto positivo en los sobrevivientes al reducir su riesgo de desarrollar cáncer. Un estudio en Francia, publicado en Nature Inmunology, mostró que pacientes con historial de sepsis tenían un 12,5% menos riesgo promedio de cáncer, alcanzando una reducción de hasta el 30% en ciertos tipos, como el de piel, en comparación con quienes tuvieron infecciones menos graves.
Investigadores de Nantes Université sugieren que la sepsis entrena a los macrófagos para reaccionar rápidamente ante nuevas amenazas. Estos liberan quimiocinas que atraen y retienen células T residentes en los órganos afectados, aumentando la vigilancia inmunitaria antitumoral durante años.
El equipo probó inducir este efecto en ratones usando betaglucano, una fibra que activa macrófagos, logrando un mecanismo similar al de la sepsis. Sin embargo, su uso en humanos es incierto debido a riesgos asociados con su complejidad molecular. Los próximos pasos incluyen identificar la parte activa del betaglucano y comprender cómo las células T residentes disminuyen el riesgo de cáncer, abriendo la puerta a posibles terapias preventivas.