El año 2020 será recordado en los futuros libros de historia como el año de la pandemia de CoVID-19, producida por el virus SARS-CoV-2.

No es para menos, teniendo en cuenta que, habiendo transcurrido poco más de ocho meses desde la descripción de los primeros casos en la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei, en China, ya se han reportado aproximadamente 30 millones de infectados, con más de 1 millón de muertes en todas las regiones del planeta.

América Latina se ha convertido en los últimos meses en el epicentro de la pandemia. Seis de los doce países del mundo con más casos reportados pertenecen a esta región: Brasil, Perú, México, Colombia, Chile y Argentina.

Quienes editamos esta publicación somos profesionales de la salud y, como tales, estamos profundamente comprometidos con las tareas asistenciales y de investigación derivadas de este inédito desafío epidemiológico.

La pandemia ha provocado una catástrofe sanitaria, social y económica, con consecuencias aún no suficientemente medidas en el plano individual. Entre los centenares de miles de enfermos y fallecidos, los trabajadores de la salud están desproporcionadamente representados. Todos aquellos que formamos parte del equipo de salud tenemos colegas que han padecido la enfermedad en sus diferentes presentaciones, incluyendo las formas críticas y, lamentablemente, la muerte.

En este difícil contexto nos fue imposible editar durante el primer cuatrimestre el número 102 de nuestra revista, que se viene publicando en forma ininterrumpida desde 1993. Por eso pedimos disculpas a nuestros lectores y junto con presentarles esta (demorada) edición número 102, nos comprometemos a regularizar la publicación de los números siguientes en los próximos meses.

En nombre de la Sociedad Argentina de Infectología y Fundación Huésped les agradecemos su permanente apoyo y los invitamos a enviarnos sus trabajos para su eventual publicación.

Seguimos trabajando para obtener la indexación de nuestra revista en PubMed. Contamos con ustedes.